Iberdrola relanza su inversión renovable en EEUU ante las dudas regulatorias en España
La compañía de Sánchez Galán hará todo lo posible por seguir creciendo en EEUU
Iberdrola se ha convertido en una eléctrica global; tanto, que algunas regiones como Estados Unidos han ganado la misma importancia -o casi más- que el lugar de origen, España. No se trata de una casualidad, sino de la generación de varios motivos que, de manera conjunta, han llevado a la energética a replantearse parte de su estrategia. Por tamaño y, no menos importante, una regulación más favorable.
Así se ha puesto de manifiesto tras la reciente visita del monarca español Felipe VI a tierras estadounidenses y que, curiosamente, ha tenido como gran anfitrión a la compañía española. En concreto a Pedro Azagra, consejero delegado de Avangrid, la filial de Iberdrola en Estados Unidos. El simbolismo del gesto marca la importancia que está adquiriendo la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán en el norte de América. Algo que se refleja en las inversiones previstas para los próximos años.
Hay un dato concreto que revela la importancia que Estados Unidos está ganando para Iberdrola. En estos momentos la compañía cuenta con una capacidad instalada que ronda los 8 GW de capacidad. Una cifra, según explican desde la compañía, que se disparará en los próximos años, puesto que tienen una cartera de proyectos renovables que elevará dicha potencia instalada hasta alcanzar una cartera de 22 GW.
Si se compara estas cifras con España, a lo que lógicamente hay que meter el filtro del tamaño desigual entre ambos países, se va la diferencia. En nuestro país Iberdrola cuenta con más de 17 GW de potencia ‘verde’, y se espera que en los próximos años llegue a 25 GW, una cifra similar a la que se espera alcanzar en Estados Unidos.
Claves del cambio de Iberdrola
La revisión estratégica de los planes de Iberdrola con respecto a Estados Unidos no surgen de repente, ni por azar. Gran parte de esos cambios se aceleraron con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. Una de las primeras cuestiones que ejecutó el presidente de USA fue una ambiciosa agenda para abordar lo que ellos llaman la crisis climática, y se está moviendo rápidamente utilizando órdenes ejecutivas y otros poderes ejecutivos.
En los primeros días en el cargo, la administración volvió al ‘Acuerdo de París’, revocó el permiso presidencial para el oleoducto Keystone XL, estableció metas para un sector eléctrico sin emisiones de carbono a 2035, comenzó a remodelar la forma en que se consideran los impactos ambientales e inició la reversión de regulaciones anteriores que son inconsistentes con estos objetivos.
La Administración Biden también planea aprovechar el poder adquisitivo del gobierno federal para respaldar el uso de vehículos eléctricos, contratos de energía renovable y el desarrollo de nuevas tecnologías. Después de esta actividad inicial, el gobierno de Estados Unidos se enfrentará a desafíos, ya que cualquier cambio legal deberá pasar por su correspondiente proceso reglamentario.
Junto a estas cuestiones, el ambicioso proceso de electrificación de EEUU para el impulso del coche eléctrico es otra de las clave que ha obligado a Iberdrola a mover las fichas en el país. Pese a que no hay un plan en firme sobre la evolución de esta industria, el impulso que se prevé es lo que arenga a ser más agresivo en las inversiones.
Su papel en EEUU
Ante estas perspectivas, Iberdrola está presente en 25 estados y gestiona más de 9.200 megavatios (MW) de capacidad de generación, de los cuales más de 8.300 MW de renovables (principalmente eólica y solar fotovoltaica), y más de 170.000 kilómetros de líneas eléctricas a través de ocho distribuidoras en Nueva York, Connecticut, Maine y Massachusetts. Además, la compañía española cuenta en Estados Unidos con una cartera de proyectos renovables de alta calidad de más de 22.000 MW, que representan una plataforma estable de crecimiento continuado durante los próximos años a medida que el país cumple sus objetivos de descarbonización.
Iberdrola tiene previsto invertir más de 30.000 millones de dólares entre 2020 y 2025 en redes eléctricas y renovables, con el objetivo de duplicar su capacidad de energías limpias en 2025.Iberdrola ha sido también pionera en eólica marina en Estados Unidos, donde gestiona y desarrolla una cartera de más de 5.000 MW. Cuenta con el apoyo de la Administración Biden, que está acelerando la implantación de esta tecnología tras haberse comprometido a alcanzar 30 GW en 2030.
El peso de EEUU para Iberdrola no deja de subir
En diciembre de 2021, la compañía española comenzó la construcción del primer gran parque eólico marino de Estados Unidos (Vineyard Wind 1), que estará operativo en 2023/24. El proyecto de 800 megavatios (MW), situado a unos 24 km al sur de la costa de Martha’s Vineyard, generará energía eólica suficiente para cubrir la demanda de más de 400.000 hogares. Su puesta en marcha evitará también la emisión de más de 1,6 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, el equivalente a retirar 325.000 vehículos de las carreteras.
También es propietaria del área de desarrollo Kitty Hawk (2.500 MW), en Carolina del Norte y ha iniciado el proceso de obtención de permisos BOEM para el proyecto Kitty Hawk North (800 MW), el primer proyecto que se desarrollará en esta zona y gestiona otros parques en una fase anterior de desarrollo.
Igualmente, en enero de 2022, cerró la toma de control de la cartera de eólica marina que compartía con CIP (Copenhagen Infrastructure Partners) en Estados Unidos, más de 2.000 megavatios (MW) de capacidad que la convierten en una de las mayores promotoras de esta tecnología en todo el mundo. Dicha cartera incluye Commonwealth Wind, proyecto seleccionado a finales del año pasado para suministrar energía a las compañías eléctricas de Massachusetts. Con 1.232 megavatios (MW), se trata de la mayor instalación eólica marina de la costa este del país, creará 11.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo a lo largo de su vida útil y generará energía suficiente para abastecer a 750.000 hogares al año.