Iberdrola y Endesa tendrán que renegociar 11 millones de contratos por el tope del gas
La 'excepción ibérica' obliga a que todos los usuarios deban abonar la compensación del gas, y eso afecta al mercado libre
Iberdrola y Endesa tendrán un año muy duro a nivel comercial. Al margen de la competencia que supone enfrentarse a grandes compañías como pueden ser Naturgy, Repsol o TotalEnergies, junto a las comercializadoras independientes de gran tamaño, ahora tendrán un extra. Debido a la entrada en vigor de la ‘excepción ibérica’ deberán renegociar con sus clientes del mercado libre. Y eso puede suponer una fuga masiva de clientes si la estrategia no se desarrolla con cuidado.
En concreto, desde ahora y hasta el 31 de mayo de 2023, todas las eléctricas están obligadas a renegociar sus contratos del mercado libre para que los usuarios de este tipo de tarifas también paguen el sobrecargo que lleva asociada esta medida. Y lógicamente a quienes más afecta es a Iberdrola y Endesa como grandes líderes del mercado.
Entre ambas compañías suman más de 11 millones de puntos de suministro del total de 18,9 millones que existen en el sector. Más de la mitad. Esta situación la puede aprovechar la competencia, sobre todo porque los contratos, al no renovarse de manera automática, tendrán condiciones distintas, y no siempre tienen por qué ser iguales o más ventajosas, así lo explican fuentes del sector a ECONOMÍA DIGITAL.
Es decir, según vayan cumpliendo los usuarios sus contratos, sus comercializadoras deben notificarles que habrá un nuevo sobrecoste en la factura para hacerse cargo de la compensación que se debe pagar por el denominado tope del gas. A priori deberían darse renegociaciones a la baja, pero esto no siempre será así puesto que el mecanismo de cálculo de costes es muy complejo. Y es que la ‘excepción ibérica’, al margen de la volatilidad que ha mostrado estos días, también tiene un «tope» variable según van pasando los meses.
Por lo tanto, tendrán que ser ofertas dinámicas, porque el mercado de futuros, que es sobre el que se hacen las diferentes tarifas en el mercado libre a tipo fijo, irá variando a lo largo del tiempo. Además, aseguran las fuentes consultadas, cada compañía decidirá hasta qué punto tirar contra sus propios márgenes para mantener los clientes dentro de la cartera.
Las dudas del mercado libre
Ante este nuevo panorama, vuelven a surgir las dudas sobre qué contratos son más rentables para los usuarios, si los del mercado regulado (PVPC) que están indexados al ‘pool’ diario; o las tarifas libres con precios fijos para todo un año.
Desde que se desató el conflicto geopolítico con Ucrania, incluso antes de la propia invasión, los clientes del mercado regulado, tanto residencial como industria, se han enfrentado a un alza de los precios de manera desmesurada. Debido a los altos costes del gas, los clientes han pagado cada mes un coste mayor por los servicios eléctricos.
La guerra comercial será más agresiva durante los próximos meses con millones de contratos en el aire
De este modo se produjo el gran vuelco del mercado, y casi un millón de clientes pasaron de las ofertas reguladas al mercado fijo. Pero ahora se abre un punto de inflexión muy importante, sobre todo para Iberdrola y Endesa que son las que más han presionado en la captación del mercado libre.
Debido a la aplicación de la ‘excepción ibérica’, y a la espera de que la situación se normalice, los recibos del mercado regulado empezarán a bajar, a lo que se debe añadir que los impuestos siguen rebajados con respecto a su coste normal. Por lo tanto, puede darse la situación de que ambos tipos de tarifas vuelvan a ser competitivas.
Y en este contexto, tanto Iberdrola como Endesa deben volver a convencer a sus clientes de que la tarifa fija, con precios concretos a largo plazo, son mejores porque quitan los riesgos de incertidumbre. Aunque un rival inesperado en este ámbito será el propio Gobierno que debe vender que los recibos están bajando y, de esta manera, se puede generar incertidumbre en los clientes. Ese será el momento clave en la renegociación, donde las grandes eléctricas deben convencer a los usuarios.