Iberdrola, Endesa y Naturgy ganan un millón de clientes gracias a la incertidumbre energética
Las tres grandes eléctricas están aprovechando el momento para volver a coger músculo comercial
Las tres grandes compañías eléctricas que operan en España viven momentos de gran incertidumbre debido a la crisis energética que azota Europa. No obstante, dentro del caos, su cuenta de resultados es capaz de defenderse mejor que la competencia, sobre todo la de menor tamaño. De esta manera, entre Iberdrola, Endesa y Naturgy han sido capaces de meter cerca de un millón de clientes en su negocio libre durante los tres primeros meses del año.
Y no solo eso, sino que durante este primer periodo de 2022, las principales comercializadoras eléctricas independientes que tienen una cartera de clientes de entre 40.000 y 400.000 clientes han sufrido una fuga de usuarios como no se había producido nunca. En concreto, de enero a marzo habrían perdido cerca de 200.000 abonados, según datos de la CNMC a los que ha tenido acceso ECONOMÍA DIGITAL.
Holaluz, Audax, Alterna y MásMóvil-Lucera habrían sido las compañías que más clientes han perdido en este primer trimestre del año, con volúmenes que superan los 10.000 usuarios, y llegan hasta los 30.000.
En el lado contrario de la balanza, Endesa ha ido como un auténtico tiro en el primer trimestre del año, y en el mercado libre ha llegado a superar las 400.000 altas. Algo que encaja a la perfección con la inversión que han ejecutado para mejorar el desempeño comercial. En concreto, según ha reflejado la compañía dirigida por José Bogas, en el primer trimestre de 2022 la publicidad creció un 130% con un incremento de 4 millones de euros con respecto al mismo periodo del año anterior. Endesa explica que «el incremento es debido al aumento del gasto relativo a publicidad de la actividad de comercialización en línea con el esfuerzo comercial en la captación de clientes».
De esta manera queda claro que, aun estando en mitad de un caos energético donde los precios mayoristas siguen disparados, las principales eléctricas quieren ampliar su cartera de clientes, y a poder ser de usuarios que se acojan a las tarifas de libre mercado, que son las que se hacen con contratos a un año, para tener así el ingresos fijo por un periodo estable.
De hecho, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) indican un vuelco en la captación y cambio de clientes entre el mercado regulado (PVPC) a favor del mercado libre. Y aunque son cifras de 2021, cuando todavía no había saltado por los aires el sector energético debido a la crisis militar de Ucrania, esos primeros meses del año han acrecentado esta situación.
Iberdrola, Endesa y Naturgy: como un tiro
La compañía gasista también ha demostrado un excelente comportamiento durante la primera parte del año, y ha conseguido sumar 350.000 nuevos clientes a su cartera del mercado libre. Mientras que la compañía de Ignacio Sánchez Galán ha superado el umbral de los 160.00 abonados.
La circunstancia que explica esta situación se debe principalmente a dos factores. Por un lado, y como se ha mencionado en el caso de Endesa, la fuerza comercial de estas compañías durante los últimos meses ha sido enorme. Un ejemplo a nivel mediático lo ha representado Naturgy, que durante mucho tiempo ha elegido espacios masificados, como los programas de crónica social de Mediaset, donde ha publicitado de manera intensiva sus tarifas “para no llevarse sustos”; es decir, las tarifas de libre mercado que, en muchos casos, pueden tener un precio fijo.
La lucha desigual entre empresas cada vez es más notoria debido a la regulación
Junto a esta coyuntura, la otra explicación a este fenómeno, donde unos ganan mucho y otros pierden más, se debe a que las medidas del Gobierno para atajar la crisis de precio del mercado mayorista favorecen a las grandes compañías ante su capacidad para provisionar inversiones y bajar los márgenes, algo que las empresas de menor tamaño no pueden hacer.
Bajo este contexto, el conjunto de comercializadoras independientes están muy sujetas a las medidas del Gobierno para poder gestionar sus compras de energía a largo plazo, los gastos en los que van a incurrir y, una vez ajustado todo eso, cómo pueden ser de agresivas comercialmente en un mercado altamente competitivo.
Esta situación ha provocado un problema para el conjunto del sector e, incluso, para la competencia, puesto que hay menos opciones reales en el mercado si de nuevo todo se reduce a tres compañías. Por ello, todo lo que tarde el Gobierno en adoptar las medidas pertinentes, entre las que también se encuentra la subasta inframarginal, se seguirá produciendo una fricción en el mercado entre Iberdrola, Endesa, Naturgy y el resto se compañías.