Iberdrola y Endesa se juegan 9.000 contratos de empresas con la reforma del mercado regulado de la luz
La reforma de la tarifa PVPC obligará a las empresas a tener que retener a los clientes que serán obligados a acudir al mercado libre
El Gobierno acelera en su reforma del mercado eléctrico español, y eso afectará de manera directa a Iberdrola y Endesa, las dos grandes eléctricas que dominan el sector, tanto residencial como de empresas. Y en ese segundo ámbito, el segmento corporativo, se verá modificado por los cambios que se están llevando a cabo en la tarifa regulada (PVPC).
Esta reformulación en el mercado eléctrico español se inició con la aprobación de la ‘excepción ibérica’ para España y Portugal. En concreto, el Gobierno se comprometió con Bruselas a reformar el PVPC a cambio de dar cabida al mecanismo ibérico en el mix energético nacional. Todo ello se abordaría a partir de octubre. Así, aunque con retraso, el Ejecutivo ya ha llevado a cabo un periodo de consultas que terminó el 7 de noviembre. Ahora falta conocer esa letra.
Y es justo en esos detalles, y con el objetivo de avanzar en la liberalización del sector eléctrico, donde Iberdrola y Endesa deberán pelear por miles de clientes empresariales. De esta forma, tendrán un ejercicio para conseguir que los más de 9.000 contratos empresariales que tienen entre ambos en el mercado regulado de pymes se queden en su compañía.
Y es que, a partir de ese año -para enero de 2024-, solo las microempresas que lo acrediten podrán acogerse a la PVPC. Todas las demás empresas, locales comerciales, etc., deberán irse al mercado libre. Esto no significa que tengan que dejar su actual compañía, pero lo que sí supone ‘de facto’ es que será más difícil competir, puesto que en ese nicho de negocio están todas las comercializadoras independientes que ahora podrán captar a las empresas.
Ese es el gran objetivo y la contradicción en todos los movimientos que afectan al mercado regulado. Por un lado, el Gobierno asume que existe una gran volatilidad y que, por lo tanto, sacará a las empresas de esta tarifa para que no se vean afectadas y, de paso, cumplir con el real objetivo, que es beneficiar a los potenciales clientes vulnerables.
Por otra parte, se saca a las empresas al mercado libre, para que puedan firmar sus contratos fijos, mientras se reforma el PVPC con la promesa de que se pagará menos, y que las micropymes sí podrán contratar estas tarifas. Algo que puede llevar a muchas empresas a reducir su potencia con el objetivo de tener un precio más barato, o que al menos esté protegido por el Gobierno, como es su intención.
Los cambios del PVPC
Por lo que respecta a los cambios de la tarifa, que empezarían a aplicarse desde enero de este año, de manera progresiva, la principal novedad es que dejará de indexarse la factura al precio al que se vende la electricidad en el mercado mayorista cada día y aunque esta cifra siga teniendo peso, éste sea menor y se vaya reduciendo gradualmente.
En su lugar, se indexará el precio a una cesta de precios a medio y largo plazo: mensual, trimestral y una media anual. De este modo, si la luz volviese a marcar un precio récord, como ocurrió tantas veces en los últimos meses, no supondría necesariamente que el consumidor pagase la luz más cara que nunca (aunque se vería afectado igualmente por la subida, claro).
Asimismo, también hay que tener en cuenta que la nueva fórmula no supondrá necesariamente un precio más bajo y ese tampoco es su objetivo. Y así se refleja en la memoria económica del real decreto ley, que explica que en un mercado como el de 2021 en el que el precio del ‘pool’ finalizó en 111,9 €/MWh media (precio caro), con la nueva metodología el resultado final hubiera sido un 20% más barato.
En 2019 (año de precios baratos que cerró a una media de 47,7 euros por megavatio-hora), sin embargo, hubiera sido un 11,4% más caro con la nueva metodología. Es decir, los años en los que hay grandes picos de precios, esta fórmula los suaviza, pero en los años de precios bajos es muy probable que salga más caro.