Iberdrola construirá todas sus renovables con contratos a largo plazo y retorno económico garantizado
La energética presidida por Sánchez Galán no quiere ningún tipo de sorpresa a la hora de invertir en energías 'verdes'
Iberdrola juega sobre seguro. Las energías renovables son tecnologías completamente maduras, y eso tiene una gran ventaja para las empresas: se puede planificar la rentabilidad a largo plazo de forma segura. En este contexto, la energética presidida por Ignacio Sánchez Galán ha elevado su apuesta, y la mayoría de la energía producida tendrá un retorno garantizado.
Esta es una de las causas que explican por qué se quedó desierta la subasta de potencia renovable que organizó el Gobierno español hace unos días. En el caso de España, así como el resto de las regiones donde opera, Iberdrola no tiene la necesidad aferrarse a los precios fijos -bajos- que ofrece este tipo de procesos.
Y es que, dentro de los planes de la energética, casi la totalidad de los MW de nueva potencia renovable que se construye ya estaría prenegociada con contratos a largo plazo (PPA), o bien se habrá vendido de forma bilateral para su negocio residencial.
El gran impulso; sobre todo, vendrá con esos contratos a largo plazo. Motivados en gran parte por la volatilidad que tiene el mercado, y que ha llevado a grandes consumidores eléctricos a necesitar cierta previsibilidad de costes para afrontar sus negocios. Con estas cartas sobre la mesa, Iberdrola ha forzado el ritmo para ampliar la firma de este tipo de contratos.
Con este sistema de PPA, Iberdrola se garantiza contratos de suministro a largo plazo a un precio superior al que se ejecuta en subasta públicas, como ha sido el caso de España; y que, en todo caso, también asume que puede estar por debajo del precio mayorista del mercado. Una situación que se ha dado en los últimos meses cuando se firmaron contratos bajos hace unos años, y que el conflicto militar de Ucrania y la crisis derivada ha hecho saltar todo por los aires.
Cómo ha evolucionado el negocio para Iberdrola
Los contratos a largo plazo (PPA) se firman desde hace años. Y cada uno de ellos ha supuesto un hito, tanto para la propia Iberdrola, como para la compañía que recibe la producción eléctrica.
Uno de los más simbólicos fue en 2018, cuando Iberdrola firmó con Euskatel un acuerdo de compraventa de energía a largo plazo, algo que convertía al operador de telefonía en pionero dentro del sector de las telecomunicaciones. Algo que, posteriormente, se ha convertido en la norma. Con este contrato, Euskaltel logrará evitar 7.740 ton de emisiones de CO2 al año, contribuyendo así a la estrategia de descarbonización de la economía.
Fuera de España, Iberdrola ha suscrito un PPA para suministrar electricidad 100% ‘verde’ a la cadena de supermercados australiana Woolworths Group procedente de su proyecto del parque híbrido solar-eólico de Port Augusta. Así, el grupo presidido por Sánchez Galán suministrará energía renovable a los casi 70 supermercados, las 17 tiendas Big W y el centro de distribución regional de Woolworths Group en Australia del Sur.
Más cerca, la energética española y la multinacional química Solvay han acordado el desarrollo de un proyecto fotovoltaico que suministrará electricidad verde a las plantas de Solvayen Tavaux y Saint Fons (Francia). Si bien Iberdrola no ha desvelado la capacidad instalada de la planta fotovoltaica, afirma que se ocupará 77 hectáreas, y que el 60% de la electricidad verde producida se destinará a los centros industriales de Solvay en Tavaux y Saint Fons mediante un acuerdo corporativo de compra de energía a 20 años.
La instalación solar será construida y operada por Iberdrola Renouvelables France, y contará con unos 100.000 módulos fotovoltaicos. Otras 95 hectáreas de superficie disponible se dedicarán a medidas de preservación para garantizar la plena integración del proyecto en su entorno.