Ibercaja se propone elevar otro 5% las ventas digitales sin recurrir a un nuevo ERE
La digitalización ha llevado a Ibercaja a reducir en 13 millones las operaciones en oficinas
Ibercaja reconoce que la digitalización se ha comido un 30% de la plantilla y oficinas. “Desde que soy CEO ya ha habido tres EREs”, destacaba Víctor Iglesias este jueves en una presentación. El aragonés tomo las riendas del banco en 2015 y desde entonces, han salido unos 1.600 empleados y se han cerrado más de 300 sucursales. Pero si echamos la vista atrás, desde 2013, ambas cifras se incrementan porque en total han pasado por cinco procesos de reestructuración.
En el mismo tiempo, el banco ha estado inmenso en un intenso proceso de transformación digital que arrancó en 2016, y le ha permitido que un 40% de las contrataciones sean ahora a través de los canales online, lo que a su vez ha hecho que se reduzca el número de operaciones en oficinas en 13 millones.
Ahora, Ibercaja se marca un nuevo objetivo: que esas contrataciones supongan el 45% del total. Es decir, que se eleven otro 5%, aunque el consejero delegado aseguraba que no recurrirá a un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para conseguirlo. “Estamos confortables con la dimensión de la plantilla y la red de oficinas”.
El CEO de Ibercaja asegura que habrá “cambios a futuro”, aunque no serán “ajustes tácticos”. Entre ellos, la incorporación de nuevos perfiles o la remodelación de sucursales. “Pero no procesos de reestructuración como los que hemos vivido”, insistía.
La entidad aragonesa ejecutó su último despido colectivo el pasado 2020, cuando salieron 750 personas de la entidad. Los ERE han sido una constante en Ibercaja desde 2013, cuando absorbió Caja 3, conformada por CAI, Caja Círculo de Burgos y Caja Badajoz. Los anteriores expedientes tuvieron lugar en 2013, 2014, 2015 y 2017. Y se han saldado con 2.170 empleos y más de 700 oficinas menos.
Además de la duplicidad de oficinas que se dio tras absorber las tres cajas, los recortes han estado motivados por los nuevos hábitos de los clientes, la evolución de la tecnología, los tipos negativos y la baja rentabilidad, explicaba Iglesias. Y el resultado ha sido 700.000 horas menos de atención en oficinas y 13 millones menos de operaciones en sucursal.
En cuatro años, los depósitos en metálico realizados en sucursal han disminuido un 73%; la retirada de efectivo, un 75%; las transferencias a terceros, un 56%; las transferencias internas, un 62%; y el pago de tasas, un 57%.
Igualmente, la contratación de productos financieros a través de canales digitales supone actualmente un 40% del total de contrataciones. Aunque hay variaciones, las hipotecas contratadas por los canales online representan ya un 25% del total de este segmento de productos; los fondos de inversión, un 24%; los préstamos pre concedidos, un 90%; y la compra de acciones un 97%.
El consejero delegado de Ibercaja indicaba que, aunque los canales digitales ya son el principal canal de comunicación con sus clientes, en banca minorista también se necesita atención personal o hibrida, sobre todo con empresas. Por ello, añadía Leandro Hermida, director de tecnología y sistemas en Ibercaja “vamos a poner más el foco en mejorar la relación omnicanal”.
El objetivo de la entidad aragonesa es conseguir más con menos y, sobre todo, más rápido. Pero también tener capacidad de respuesta y adaptarse en un mundo cada vez más incierto. Sin dejar de lado la gestión del riesgo, como la ciberseguridad o los cambios normativos y regulatorios. Todos se deben aprovechar para generar ventajas competitivas, concluían.