Ibercaja ejecuta a Nostrum
La entidad aragonesa manda al preconcurso de acreedores a Home Meal después de romper el acuerdo de refinanciación aceptado por el resto de bancos
«Venta o cierre», decían fuentes financieras a Economía Digital a comienzos de octubre. Y apenas un mes después, el futuro de Home Meal –la matriz de Nostrum— parece definirse. El clima no es dramático, pero la negativa de Ibercaja a firmar el acuerdo de refinanciación con la banca provocó que la compañía se viera obligada a solicitar el preconcurso de acreedores para ganar tiempo.
La compañía dirigida por Quirze Salomó anunció un viernes de septiembre por la tarde un principio de acuerdo con BBVA, Targobank, Banc Sabadell, Ibercaja, Banco Santander, Bankia, Banco Popular, Bankinter y Caja Mar para refinanciar la deuda actual a seis años con un ejercicio de carencia.
Para su entrada en vigor, la banca puso como condición que los tenedores de 6,3 millones de euros en pagarés se sumen a la firma además de la unanimidad entre todas las entidades. En manos de la española QRenta y Credit Suisse, la deuda también debía ser aplazada ante la imposibilidad de la empresa por abonarla. El pasivo bancario alcanzaba los 3,7 millones. No obstante, quedaron fuera de la negociación los proveedores, con una deuda similar a la de los bancos.
Sin embargo, todo saltó por los aires cuando Ibercaja se desmarcó a última hora de un acuerdo que parecía cerrado. La cotizada en el Mercado Alternativo Bursátil respondió declarando el preconcurso de acreedores y ganar así tres meses más para negociar con sus acreedores.
Deuda y pérdidas, la realidad de Nostrum
Ante las dificultades, son muchos los proveedores que en algún momento rechazaron trabajar con la empresa dirigida por Salomó. Por ejemplo, Coca-Cola y Café Saula sirvieron durante meses directamente sus productos sin pasar por la central debido a los problemas de cobro que arrastran.
Con las promesas de expandirse por toda Europa sobre la mesa, el grupo cerró el año 2017 con unos números rojos de 3,4 millones de euros frente a las pérdidas de 1,5 millones del 2016. Sí logró incrementar los ingresos el 5% hasta los 15,2 millones de euros. El pasivo total ascendió en 2017 desde los 19,6 millones hasta los 26,4 millones de euros.
Por ello, la auditoría realizada por Pfk advierte de que «existe una incertidumbre sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento». A las dudas financieras se suman las de negocio, pues la empresa ve como cada vez cierran más restaurantes y en agosto ya sólo sumaba 122 por los 135 de los que presumía a comienzos de 2017.
Ante la tendencia negativa, fuentes financieras lamentan a Economía Digital el sombrío futuro de la empresa: «El plan de negocio que tienen no es válido, no es nada creíble, no tiene ni pies ni cabeza». Eso sí, dibujan una salida: «La única posibilidad de sobrevivir con esta idea es que aparezca algún inversor y adquiera la empresa».