El hub consigue un nuevo inversor para la reindustrialización de Nissan
El consorcio de empresas encabezado por QEV y BTech pidió la última prórroga del concurso al Consorci para cerrar el acuerdo
El hub de la descarbonización quiere tener las máximas posibilidades de ganar el concurso público y empezar a fabricar en la antigua fábrica de Nissan de la Zona Franca de Barcelona. Para ello, el consorcio de empresas ha conseguido un nuevo inversor que se unirá a sus negociaciones con la inmobiliaria Goodman, su principal socio y quien, de ganar, gestionará los 500.000 metros cuadrados que tiene los terrenos.
Se trata de una entidad con la que QEV Technologies, una de las empresas que lidera el d-hub, lleva meses negociando y que recientemente se ha visto interesada en sumar capital al proyecto para la reindustrialización de Nissan, según fuentes de la compañía.
Al ver que el acuerdo entre las diferentes partes no quedaba cerrado antes del 13 de octubre, fecha límite para presentarse a la adjudicación tras la segunda prórroga, el hub pidió una tercera demora al Consorci de la Zona Franca (CZFB), el propietario de los terrenos, según fuentes de la mesa de reindustrialización. El CZFB trasladó la petición a la mesa, formada por el Ministerio de Industria, la Generalitat de Cataluña, los diferentes sindicatos y la dirección de Nissan, el propio CZFB y la consultora KPMG, que coordina los trabajos.
Durante la última reunión celebrada este lunes, la mesa institucional accedió por unanimidad a esta última prórroga y modificó los pliegues para permitir que los inmologísticos interesados se presenten hasta el 31 de octubre. De todos las iniciativas que se han interesado por los terrenos de la antigua Nissan, el proyecto de QEV y BTech es el que más se asemeja a los acuerdos cerrados en esta mesa: que sea del ámbito de la automoción para dar opciones a la industria auxiliar catalana y que genere puestos de trabajo para una parte de la antigua plantilla del fabricante japonés.
Segunda prorroga
Esta es la segunda vez que el d-hub pide una prórroga de los plazos. El retraso anunciado en setiembre respondía a la necesidad de reformular parcialmente la oferta que han presentado para la adjudicación de los terrenos. En verano, el hub y Goodman enviaron una serie de preguntas por escrito para tener la certeza de las repercusiones que tenían determinadas condiciones del pliego.
La respuesta ofrecida en julio no fue lo suficientemente convincente y, con el ánimo de tener la máxima seguridad jurídica en sus inversiones, se lanzó una nueva tanda de preguntas. Finalmente, las respuestas recibidas semanas más tarde sí solventaron las dudas, pero crearon un problema de tiempo, por lo que se pidió un aplazamiento.
Entre esas preguntas, estaba la posibilidad de construir en vertical y alzar una segunda planta en la nave de Nissan para que la inmobiliaria australiana tenga más metros cuadrados para desarrollar actividades logísticas y garantizar la rentabilidad de su inversión, tal y como avanzo Economía Digital. Según la mesa institucional, los pliegues del concurso permitirían esta construcción.
QEV y el resto de empresas vinculadas aprovecharán estas dos semanas para acabar de cerrar el trato con Goodman y el nuevo inversor. Pese a que las negociaciones están muy adelantadas, aún quedan “puntos de discusión” sobre la mesa, según la compañía. Desde el hub confían en mantener fechas de contratación previstas y que estas ampliaciones no modifique el plan de reindustrialización inicial.
Los pliegues del concurso dividen los terrenos de la fábrica de Nissan en diferentes parcelas, que atribuyen unos 309.737 metros cuadrados para uso industrial y 108.765 más al uso logístico, dando prioridad al proyecto industrial. Esta materia adjudica 60 de los 100 puntos, proporcionando una mayor nota a iniciativas vinculadas con la fabricación de coches, seguido de proyectos de movilidad eléctrica, de inversión y aquellos relacionados con la sostenibilidad y la transición energética.
Poca competencia
El hub de la descarbonización espera fabricar 100.000 vehículos eléctricos de diferentes tipos a partir del tercer año desde que se instalen en la planta. Por ahora, el único proyecto con el que podría competir es la unión entre Mecalux y Cilsa, la participada del Port de Barcelona y Merlín Properties. Sin embargo, su proyecto industrial se alejaría de la fabricación de automóviles.