Las hoteleras apuestan por el autoconsumo energético para reducir costes pese a las trabas administrativas

Los alojamientos turísticos han sufrido incrementos de costes de entre el 20% y el 25% por la subida de los precios de la energía

Fachada de un hotel en Sevilla. EFE/José Manuel Vidal

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En 2022 el turismo empezó a ver la luz al final del túnel, dando pasos hacia la recuperación después de los reiterados cierres por el covid. Pero se topó con la inflación. Por ahora, la subida de precios no ha tenido un efecto negativo en la demanda y la ocupación sigue viento en popa, por lo que el incremento de los costes, sobre todo aquellos vinculados con la energía, son una de las principales preocupaciones del sector.

Para intentar frenar su impacto y poder mantener los márgenes de beneficio, una de las opciones que atrae al sector hotelero es el autoconsumo energético, sobre todo con la instalación de placas fotovoltaicas. Pero no todo es tan sencillo, dado que la burocracia y las trabas administrativas retrasan unos proyectos que solucionarían, en parte, estos dolores de cabeza y darían paso a negocios más sostenibles.

“En el tema energético hay poco que hilar, porque hay pocas comercializadoras y no será fácil”, explica Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) en declaraciones a Economía Digital. Desde la asociación empresarial aseguran que llevan dos años y medio promoviendo la creación de comunidades energéticas en las hoteleras, ya que supondrían un ahorro del 40% de sus costes energéticos. El precio de la electricidad y el gas ha supuesto una aumento de los costes operativos de entre el 25 y el 30% en los distintos alojamientos turísticos.

Sin embargo, aunque la regulación existe, la lentitud para recibir los permisos y lo que consideran una baja colaboración por parte de las compañías energéticas ha hecho que algunas hoteleras tiren la toalla. “Estamos solicitando a los diferentes gobiernos el apoyo para poder constituirnos en estas comunidades y poder afrontar proyectos en inversión de energías renovables”, añade el presidente de la patronal, mientras pide decisiones “valientes” por parte de las distintas administraciones.

Proyectos pequeños en Benidorm

Quien ya está explorando opciones para aumentar la sostenibilidad y reducir los costes de la actividad turística son los hoteleros de Benidorm. Nuria Montes, secretaria general de Hosbec, asegura que están implicadas “las grandes cadenas que tienen varios hoteles cada uno” en la popular localidad valenciana.

Por ahora, ya han implementado “pequeñas instalaciones que, al realizarse sobre construcciones verticales, suponen superficies muy pequeñas para la instalación de energía solar”. Aun así, estiman que con la suma de estas pequeñas actuaciones podrían cubrir entre el 10% y el 20% de la energía que consumen los hoteles.

El objetivo es más ambicioso y se basa en la ventaja que tiene Benidorm de disponer de “muchas horas de sol durante todo el año”. En el caso concreto de las comunidades energéticas, son una opción que desde Hosbec se entienden como muy complejas, ya que hace falta ubicarlas demasiado cerca de los hoteles y “no hay disponibilidad de suelo”. Por eso, se está explorando acuerdos de compra de energía solar PPA (Power Purchase Agreement) para lo que se está seleccionando a un socio tecnológico.

Su ambición, tampoco avanza sin obstáculos: “Estamos teniendo innumerables dificultades”. La secretaria general de Hosbec incide en que los nuevos parques solares “están paralizados ya sea por permisos a nivel autonómico o municipal”. “La administración no va al ritmo necesario”, censuran desde la patronal turística de Benidorm, que piden “una estrategia global que pueda atender las necesidades del sector que son tanto económicas como de sostenibilidad”.

2023, año de crecimiento

Aunque dificulta la gestión de sus negocios y pone alerta a los hoteleros, los elevados precios de la energía no serán un factor decisivo que impida la recuperación del sector turístico. De hecho, desde la CEHAT esperan que la mayoría de los alojamientos turísticos igualen o incluso superen los ingresos previos a la pandemia durante la temporada de invierno de este 2023.

Las primeras previsiones del sector apuntan a una continuidad de esta tendencia positiva en verano. Los principales países emisores de turistas ya anticipan un decrecimiento de sus economías, pero el sector hotelero no augura una disminución de la demanda y pone su confianza en el turismo internacional para su época dorada. “En la pandemia quien más y quien menos ahorró. Hubo muchas vacaciones frustradas que ahora se vuelven a programar. La demanda sigue ahí”, concluye Marichal.

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