Heineken se suma al clamor: España es el país de Europa que más sufre la pandemia
La cervecera, propietaria de la marca Cruzcampo, se une a Coca-Cola y Bimbo para lamentar que el consumo en España cae más que en el resto del continente
Los indicadores macroeconómicos se acumulan uno tras otro: España es de los países europeos que más sufre el impacto del coronavirus. Caída del Producto Interior Bruto (PIB), tasa de desempleo y deuda son tres de los datos más claros que marcan el desplome de la economía del país. A los registros se suman cada vez más empresas, que comparan sus ventas con el resto del continente y emiten la alerta: España es el país donde más baja el consumo. La última en sumarse a la lista es Heineken, propietaria de la cerveza Cruzcampo.
En la presentación de sus resultados del tercer trimestre, la cotizada neerlandesa desgranó el funcionamiento de su negocio por países. Y el que peor desempeño demostró en Europa fue el de España. Esta vez no sirvió ni la excusa del duro confinamiento impuesto por el Gobierno con el estado de alarma, pues la valoración se hizo de los meses entre julio y septiembre. “La caída fue superior al 10%”, lamentó la empresa.
Las razones del desplome fueron la bajada del turismo y las diferentes restricciones regionales impuestas en el país, argumentó la cotizada. “El consumo en la restauración cayó más del 20% y solo fue parcialmente compensado por una subida de un dígito alto en las ventas en supermercados”, detalló.
España sale trasquilada en la comparativa con sus vecinos europeos en los que Heineken tiene negocio. De hecho, los dos únicos mercados en los que las ventas cayeron fueron el Reino Unido y Países Bajos, con descensos de un solo dígito. En Francia la demanda se mantuvo plana mientras que en Italia y Polonia incluso se registraron subidas de “un dígito medio”.
Heineken no está sola: Bimbo y Coca-Cola comparten sus tesis
El lamento de la cervecera prueba una vez más la dependencia que el consumo tiene de la hostelería y el turismo en España. A las mismas tesis se sumó Coca-Cola European Partners –la embotelladora europea del popular refresco– a finales de octubre, pues también denunció que tenía en la Península Ibérica las peores cifras del continente.
La firma que preside la española Sol Daurella arrastra una caída de los ingresos del 23% en España desde comienzos de año. En el tercer trimestre, ya sin estado de alarma, el descenso se mantuvo en un 16%. “Los volúmenes mejoraron respecto al segundo trimestre pero cayeron por la debilidad del turismo y la exposición al canal de bares y restaurantes», lamentó la empresa.
En cambio, Francia, con un recorte del 9% en lo que va de año, ya sumó un crecimiento trimestral del 6%. De cerca le siguió Alemania, con una contracción del 7,5% en 2020, pero con un repunte veraniego del 3%. En la región Norte de Europa –formada por Benelux, Noruega, Suecia e Islandia— la bajada de las ventas es del 8,5% en el acumulado anual, mientras que en el tercer trimestre el porcentaje se mantuvo plano. Mientras, Reino Unido cae un 8% anual pero frenó su descenso al 2% en el último trimestre.
El lamento no procede solamente de los productores de bebidas; también la alimentación pone el foco en España. La mexicana Bimbo, especializada en pan y bollería, celebró un incremento de las ventas del 17,7% en los primeros nueve meses de 2020 en la región Europa-Asia. A pesar del buen resultado, el conglomerado matizó: «el dato quedó compensado por el débil desempeño de Iberia, que se vio afectada negativamente por la crisis de la Covid-19«.
Y junto a las empresas, los hosteleros
Pero si las grandes marcas salieron mal paradas de la pandemia, peor lo pasarán los hosteleros y restauradores. Según un comunicado emitido por Juntos con la Hostelería –la organización que engloba a Hostelería de España, la Asociación de Fabricantes y Distribuidores y la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas— más de 65.000 negocios del sector se vieron obligados a cerrar por el impacto de la pandemia.
La industria asegura que sus ventas cayeron más del 50% respecto a 2019 y que ya desaparecieron 350.000 empleos repartidos por el país. Para remediarlo, urgió a la ministra de Industria, Reyes Maroto, a aprobar el Plan de Apoyo a la Hostelería. A falta por concretar su alcance, las entidades aseguran que son necesarios 8.500 millones en ayudas directas para frenar la tendencia actual.
«En Europa ya hay una segunda ola de cierres, pero estos se han acompañado de ayudas directas a las empresas”, comparó José Luis Yzuel, presidente de Juntos con la Hostelería, a El Mundo. Y remató: «Muchos comercios ya abrieron a pérdidas en mayo. Estar cerrado vale mucho dinero y este segundo confinamiento será la puntilla para muchos locales que ya no pueden más».