Guerra de taifas en Valencia para tener presencia en Fitur
En un mismo stand, diputaciones y municipios pelean por quitar turistas al vecino
Pese a que todos irán en un mismo stand de 1.545 metros cuadrados, los patronatos de Turismo de Valencia, Alicante y Castellón, y los municipios de la costa y del interior de la Comunidad Valenciana siguen rivalizando en la oferta turística durante Fitur (20-24 enero)
Desde hace años este fenómeno se repite en Fitur, y llega hasta extremos tan patéticos que se reflejan en el reparto de folletos en el mismo stand o en la publicidad que se hace durante la Feria.
Una publicidad que tiene su mayor apuesta en los medios locales de Alicante, Castellón y Valencia, para intentar mostrar sus valores ante los votantes y no en soportes donde están los clientes potenciales.
Reinos de taifas
Durante los gobiernos del PP en la Generalitat Valenciana y los principales ayuntamientos los reinos de taifas se extendieron hasta presentarse en algunas ocasiones con stands diferentes. Benidorm siempre quiso ir fuera de la oferta de la Costa Blanca, por ejemplo.
Este año habrá un solo stand, que construirá El Corte Inglés con un presupuesto de 625.800 € frente a los 598.031 € que costó el del año pasado.
Pero las diputaciones ya han hecho su propia oferta a través de sus respectivos Patronatos de Turismo. Las de Alicante/Costa Blanca y la de Castellón/Mediterráneo, gobernadas por el PP, van por libre con sus ayuntamientos.
La de Valencia/Tierra y Mar, gobernada por el PSOE, hace su guerra al margen de las dos anteriores y de la Agencia Valenciana de Turismo, dirigida por Francesc Colomer, también del PSOE. Mil reinos de taifas a la búsqueda de millones de turistas, porque lo que prima es la cantidad y no la rentabilidad.
En busca de un nuevo modelo
Colomer ha reconocido que la Comunidad Valenciana debe repensarse el modelo turístico para alcanzar mayor rentabilidad. Para ello prepara una Ley de Turismo y un Libro Blanco que le de al Turismo categoría de cuestión de Estado.
Desde hace años en la Agencia permanece latente el objetivo de atraer un tipo de turismo que complemente al de sol y playa (son las tres P: pipas, paseo y playa).
Este año la Agencia Valenciana solo aporta la novedad de incorporar un stand propio al pabellón LGTB de Fitur, a la búsqueda de turismo Gay Friendly.
Mientras buscan un mejor relato, este año la Agencia presenta la Comunidad Valenciana como «tierra hospitalaria y de valores», aunque luego cada reino de taifa suma o resta su oferta a estos argumentos.
Valencia suma proximidad de cualquiera turista español, Castellón llega a proponerse como provincia para los negocios, y Alicante sigue con su oferta de sol y playa.
Al rico langostino
Tradicionalmente los días de Fitur hay paellas, arroces de todo tipo, muchos langostinos de Vinarós y Peñíscola y gambas de Gandía. Lo interesante es que quienes degustan estos manjares son políticos locales, los periodistas acompañantes y las habituales reinas de fiestas y sus familiares. De clientes, pocos.
Por eso de Fitur han huido muchas de las empresas turísticas de la Comunidad Valenciana, exceptuando las de Benidorm y Marina D’Or.
Con este modelo de Feria Fitur acaba siendo más una excusa para ver qué alcalde o qué político es más recurrente con sus ofertas que una muestra para atraer turistas rentables.