Grifols despunta como la empresa más endeudada del sector tras la compra de 32 centros de plasma en 2021
La compañía retrasará los plazos para recortar su pasivo que, junto con el descenso del negocio, preocupan al mercado
La deuda fue durante los últimos años uno de los principales quebraderos de cabeza para Grifols. Tras lograr recortarla durante 2019, la llegada de la pandemia hizo saltar por los aires los objetivos fijados en la hoja de ruta. Una vez superado el primer golpe del virus, la cotizada catalana se dio cuenta que debía reforzar la captación de plasma, por lo que inició una ofensiva de adquisición de centros que retrasan todavía más la reducción del pasivo y la consolidan como la firma más apalancada del sector.
Desde comienzos de año, la compañía de hemoderivados dirigida por Víctor y Raimon Grífols compró 32 centros de captación de plasma: 1,4 millones de litros al año disponibles de inmediato para conseguir incrementar sus volúmenes un 30% a lo largo de 2021, tal y como prometió al mercado.
Sin embargo, las recientes adquisiciones inquietan al mercado. “La deuda es un tema que nos preocupa. Sabemos que la compra de centros tiene un sentido estratégico, pero va a retrasar el cumplimiento de los objetivos de endeudamiento”, explica Luis Arreondo, analista de Banc Sabadell, a Economía Digital.
Grifols espera que la buena marcha de la vacunación en Estados Unidos, donde se ubican la mayor parte de sus centros, y el incremento de las retribuciones a los donantes de plasma reaviven la actividad. Así lo explicaban los expertos de Barclays en noviembre, que confiaban en un buen 2021 si se inmunizaba de forma masiva a la población.
Moody’s dio un año a Grifols antes de calificarla como «empresa de alto riesgo crediticio»
“Con la pandemia se ha visto que era necesario para la empresa incrementar su capacidad de captación de plasma. Gracias al aumento de las retribuciones a los donantes y la vacunación, los centros de captación deberían volver a estar llenos”, añaden desde el Sabadell.
Pero mientras se recupera el negocio, Grifols sufra con el incremento de la deuda. Si Moody’s ya le dio un año para reducir el apalancamiento antes de calificarla como “empresa de alto riesgo crediticio”, ahora la misma agencia revela que es la compañía del sector con peores métricas del mercado.
La deuda de Grifols: peor que la de Hologic, CSL, Teleflex y Hill Rom
La información oficial de la cotizada asegura que la ratio deuda-Ebitda –uno de los que se utiliza en el sector para medir el apalancamiento de las empresas– es de 4,5 veces, pero la firma neoyorquina eleva la comparativa hasta las 5,5 veces. Es peor registro que sus principales competidores: Hologic, CSL, Teleflex y Hill Rom.
Un informe de la agencia al que ha tenido acceso Economía Digital revela que Grifols cerró 2020 con un ratio deuda-Ebitda de 5,5 veces, por encima de las 5,1 veces de 2019 –4,2 veces según la empresa–. Con las últimas compras, y a pesar de la recuperación del negocio, los objetivos fijados en la hoja de ruta se retrasarán. E
En diciembre de 2020, Moody’s señala que el múltiplo deuda-Ebitda era de 1,7 veces en el caso de CSL, de 1,3 veces en el caso de Hologic, de 4,6 veces en el caso de Teleflex y de 3,5 veces en el caso de Hill Rom. Grifols también era la más endeudada en términos absolutos. Tenía un pasivo total de 8.988 millones de dólares (7.550 millones de euros al cambio actual) a pesar de tener menos ingresos que CSL.
Las cifras de Grifols
No obstante, la compañía exhibe liquidez por 1.500 millones de euros, con 900 millones de líneas de financiación disponibles y 580 millones en efectivo.
Además, no tiene vencimientos relevantes hasta 2025 después de la refinanciación cerrada con sus acreedores hace un año y medio. Es por ello que los analistas miran con tranquilidad la empresa a la espera de que corrija sus ratios.
Tras llegar a recortar un 24% los beneficios a mediados de año, Grifols logró recuperar el terreno en el segundo semestre y cerrar 2020 con una caída de las ganancias del 1,1%. La firma de hemoderivados obtuvo unas ganancias de 618 millones de euros; una remontada que quedó ensombrecida por la falta de plasta que ya sufrió en el último trimestre por la caída de las donaciones.
La compañía codirigida sí logró incrementar las ventas hasta los 5.340 millones de euros; el 4,7% más que en 2019 gracias a la subida de sus principales divisiones: bioscience y diagnostic.