Grifols recorta costes para reducir su deuda y satisfacer a los inversores
La farmacéutica planea reducir el coste por litro de plasma recogido bajando la compensación a los donantes, ajustando gastos laborales y reubicando algunos centros
Con la entrada de Steven F. Mayer, su nuevo presidente, Grifols está dispuesta a dar un giro de 360 grados, reducir su deuda y volver a tener el favor de sus inversores y de los mercados. Para ello, la compañía ya ha puesto en marcha un plan de reducción de costes que debería de mejorar el ebitda obtenido y el capital circulante a lo largo del año que viene.
Según defendieron los directivos de la farmacéutica catalana en una reciente conferencia con analistas, la compañía espera recortar el coste por litro de plasma recogido reduciendo la compensación que otorgan a los donantes, reorganizando su mano de obra y otros costes fijos, incluyendo posibles reubicaciones de centros de plasma y hasta contempla cierres en los menos eficientes. “Seguiremos evaluando la compensación entre las recaudaciones de plasma y la cuota de los donantes y equilibrando estos dos componentes para mejorar nuestros resultados en el futuro”, afirmó el CFO de la empresa, Alfredo Arroyo.
El ajuste de los costes fijos y semifijos será una de las principales líneas de trabajo de Mayer. Él mismo aseguró ante los analistas que llevará a cabo toda una reorganización a partir de “la reducción de los niveles jerárquicos, la racionalización organizativa y de las instalaciones, la externalización de determinadas funciones no esenciales y un mejor uso de la tecnología y los datos».
Bajan las compensaciones a los donantes
En los últimos meses, las indemnizaciones a los donantes y los gastos laborales, afectados por la inflación y equivalentes a más del 45% del total, incrementaron los costes por litro de plasma recogido, que a su vez afectaron al margen bruto de la empresa de la familia Grífols. El margen se situó en los últimos tres meses sobre el 38,2%, un ligero descenso respecto al 38,9% registrado en el primer semestre de 2022.
Para mitigar este impacto, Grifols ya ha reducido un 7% de enero a septiembre y más de un 15% desde su máximo en julio de 2012 la retribución a sus donantes, que supone el 35% de sus costes de elaboración de medicamentos. A esto, se le suma el aumento de captación de plasma, que creció un 25% respecto al año pasado y que también ayudó amortiguar el golpe de los costes. La inflación también ha jugado un papel crucial en el aumento de las donaciones, pero en este caso a beneficio de la farmacéutica: “El difícil contexto actual están impulsando aún más las recogidas de plasma, lo que puede contribuir a una mayor reducción del coste por litro”, ha añadido el co-COE de la compañía, Víctor Grífols.
En los próximos meses, la empresa con sede en Barcelona continuará con este plan de contención de costes. Aun así, esta estrategia no se trasladarán a las cuentas de resultados hasta dentro de seis o nueve meses por las particularidades del sector, por lo que Grifols tendrá que esperar un poco para revertir la visión que la Bolsa tiene de su compañía.
Las acciones de la farmacéutica especializada en hemoderivados no han hecho más que caer a lo largo de este año hasta situares a niveles de hace más de 10 años. Todo comenzó con una mala racha generada por el covid, tras el desplome en las donaciones de plasma, su materia prima. Cuando las restricciones por la pandemia empezaban a relajarse y subía la recaudación, la compra de la alemana Biotest por 1.400 millones de euros, obligó a la compañía a pedir dinero a los bancos y a elevar su deuda hasta los 9.000 millones de euros.
En este sentido, el objetivo de estos recortes es mejorar los márgenes de la compañía, que a su vez debería de revertir su ratio de apalancamiento, situado en el 8,9x a cierre del tercer trimestre. Un nivel saneado de disciplina financiera sitúa este índice en el 4x.
La estrategia de Meyer
Para ello, entra en juego la estrategia del nuevo presidente. Meyer afirmó frente a los analistas que el Consejo de Administración de Grifols le pidió “mejorar la ejecución operativa, la disciplina financiera, los resultados empresariales y el valor para los accionistas”, algo que espera conseguir “priorizando la eficiencia operativa y la reducción de costes en toda la organización».
El directivo pretende crear, en primer lugar, “una organización con una cultura de rendimiento que sea eficiente, eficaz, basada en datos, ágil y decisiva”. Su segunda prioridad es, precisamente, mejorar significativamente el flujo de caja y el perfil de gastos. A esto le sigue una reducción de la deuda: “En este momento, estamos evaluando una variedad de palancas y, aunque no tenemos nada que anunciar, está claro que la empresa tiene activos muy valiosos en todo el mundo”, expuso en referencia a las alternativas presentes para lograr el desapalancamiento.
Meyer espera, también, explorar oportunidades comerciales, con sus productos, que considera “infrautilizados”, además de sacar todo el fruto posible a la adquisición de Biotest. “Estamos dedicando recursos para acelerar la integración y el reconocimiento de las sinergias de costes e ingresos”, concluyó.