Gortázar (Caixabank) asegura que no ha habido fuga de clientes por la fusión
El banco ha perdido más de 200.000 clientes en España desde que integró Bankia, pero el CEO cree que se debe a un movimiento natural que no es exclusivo de su entidad
El consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, asegura que no han notado «ningún movimiento anómalo» de salida de clientes tras la fusión con Bankia. Sin embargo, solo han pasado ocho meses desde que se integraron legalmente (a finales de marzo) y harán este juicio «más adelante».
«En este momento la sensación que tenemos es buena», insistía este lunes durante un encuentro financiero organizado por Expansión y KPMG. Al respecto, explica que actualmente todos los clientes bancarios tienden a concentrarse en solo una entidad, y este es un proceso «continuo», que «ni es de este año ni afecta solo a CaixaBank».
A su parecer, todas las entidades financieras están reduciendo el número de clientes, pero los que quedan «tienen más negocio con el banco», es decir, están más vinculados con su banco y contratan todos los productos con este. En las cuentas del banco catalán se muestra que el banco ha perdido más de 200.000 clientes en España desde que integró Bankia.
Asimismo, adelanta que a pocos meses de celebrar un año de la fusión, puede decir que han tenido «una fantástica evolución», y de hecho, siguen ganando cuota de mercado, por ejemplo en seguros, aunque bajan en hipotecas porque han cambiado su política comercial.
En cuanto a la fusión, Gortázar revela que la sensación que hay en el banco «es de éxito» y que la integración de los dos bancos, las plantillas y la tecnología está siendo «un trabajo duro». Aquí recuerda que en el mismo tiempo han tenido que lidiar con la pandemia y sus consecuencias económicas.
«Hace un año nos preocupaba que, en primavera de 2021 cuando llegaran los vencimientos de moratorias, no tuviésemos la capacidad de estar centrados en la lucha contra la morosidad, el control de los flujos, etc. Pero eso no ha pasado, y afortunadamente la economía ha dado unas estadísticas de pago muy buenas y por eso las entidades están haciendo provisiones menores».
El CEO de Caixabank reconoce que el éxito de la fusión ha tenido mucho que ver con que la morosidad haya sido mucho mejor de lo que se esperaba al principio de la crisis sanitaria. Al respecto, comenta la complejidad de tener que hacer una integración tecnológica a distancia, por el Covid-19.
«Era imposible, teníamos que trabajar en persona. Hacer la integración a distancia era imposible o al menos en un plazo razonable y teníamos que ser capaces de que las personas trabajaran juntas manteniendo las medidas sanitarias». Finalmente, decidieron que un equipo trabajara desde Las Rozas, en Madrid, durante mucho tiempo y «sin un solo contagio».
En cuanto al proceso de integración de personas (han cerrado un ERE para casi 6.500 personas) indica que «es complicado por naturaleza», tanto es así, que durante las negociaciones tuvieron que hacer frente a dos días de huelga antes de llegar a un acuerdo, pero finalmente lo lograron y todas las salidas están siendo voluntarias.
«De hecho, tuvimos sobredemanda», presume. En su opinión, «el ajuste de estructura, era necesario. Se ha hecho de manera responsable y a pesar de los ruidos se ha llegado a un acuerdo razonable en todos los aspectos». Respecto a la integración de la red de sucursales (van a cerrar 1.500 oficinas), asegura que el 90% de las oficinas que van a integrar están a menos de 500 metros una de la otra.
Es decir, la intención «no es incomodar o abandonar a los clientes», y el compromiso de banco es la de no cerrar sucursales allí donde Caixabank sea la última entidad financiera, comprometidos con los intereses de la España vaciada.