Google, Facebook y Apple: las nuevas amenazas para los bancos
Las empresas tecnológicas empiezan a entrar en el mundo tradicional de las finanzas. Por ahora, en banca comercial y de la mano de alguna entidad
Tener una tarjeta de Apple, pagar con Facebook, abrir una cuenta de Google,… Las empresas tecnológicas empiezan a entrar en el mundo tradicional de las finanzas, por ahora es en la banca comercial y en general de la mano de alguna entidad, pero pueden acabar amenazando también a la banca privada. Las nuevas tendencias y gustos de los ultrarricos también están cambiando volviéndose cada vez más digitales. Los grandes patrimonios pasan a manos de las nuevas generaciones y los millennials están preparados para que sus asesores sean las grandes tecnológicas.
Elías Ghanem, responsable de responsable de inteligencia de mercado de la consultora Capgemini cifra en 12 billones de dólares (unos 11 billones de euros) el patrimonio que los ultrarricos estarían dispuestos a traspasar de sus asesores tradicionales a las empresas conocidas como GAFA (Google, Apple, Facebook o Amazon), según explica en una entrevista con Business Insider España.
«Esto es un mensaje muy claro porque los ricos más jóvenes están teniendo una actitud muy diferente a la de otras generaciones respecto a los asesores financieros. Esto muestra claramente un cambio», señala Ghanem al referirse a este dato que se recoge en el informe Top Trends in Wealth Management: 2020.
El experto señala que perciben una tendencia de que los millennials cada vez se decantan más por una gran tecnológica frente a un banco. «Para mi es un mensaje claro, esto es una amenaza real al asesor tradicional», apunta.
Un aviso que va creciendo porque cada vez hay más jóvenes ultrarricos. Ghanem señala que en los próximos 25 años se transferirán 68 millones de dólares de una generación a otra.
«Lo que están buscando los jóvenes es un acercamiento mucho más personalizado, lo que llamamos hoy la hiperespecialización. Se han acostrumbrado a ser tratados como clientes digitales a través de las empresas tecnologías y entonces están esperando el mismo trato en las finanzas. Estas empresas tienen muy buena interacción móvil y son muy digitales mientras que la banca tradicional dentro de su tradición es una banca cerrada, discreta,..», señala el experto que apunta que habitualmente este tipo de entidades basan su interacción con el cliente en que este vaya a verle.
Frente a esto, Ganhem destaca que los millennials ultrarricos forman parte de una generación altamente digitalizada tanto en términos de movilidad, como de consumo, por lo que requieren una mayor interacción digital.
En este aspecto, señala que hay varias partes clave. Por un lado, el millennial ultrarrico busca tener acceso a la información que busca desde cualquier lugar, pero que además sea de forma sencilla y personalizada. Además, el tercer punto es que toda la interacción sea de forma digital, desde firmar un contrato a enviar un documento de identidad porque se ha caducado. «Mientras el rico tradicional tiene la costumbre de pasar de manera por su oficina bancaria de forma presencial, el joven rico está mucho más acostumbrado a la digitalización y la hiperespecialización», apunta.
El 37% de los ultrarricos podrían depositar hasta el 50% de su riqueza en estas empresas
Otro de los temas que destaca Ganhem sobre cómo está cambiando la relación de los nuevos ultrarricos con sus bancos es que esta relación sea «emocional». El experto señala que las nuevas generaciones buscan que se les escuche y se les ofrezcan los productos que están demandando, por ejemplo, si les interean las inversiones sostenibles no quieren que les recomienden invertir en carbón.
«Un acercamiento centrado en el cliente es esencial. En nuestro informe de 2018 apuntamos que el 60% de los ricos estarían dispuestos a hablar con una gran tecnológia en los siguientes meses. Es una tendencia que se ha ido confirmando. Otro dato es que el 37% de los ultrraricos podrían depositar hasta el 50% de su riqueza en estas empresas. Eso muestra la amplitud de esta tendencia. No estamos diciendo que todo este patrimonio vaya a salir, pero sí que hay muchos millones preparados», añade.
Google, Facebook o Apple todavía no son bancos, pero hacen cosas parecidas
Las tendencias que apuntan los informes todavía no pueden ser una realidad. La gran mayoría de estas grandes tecnológicas no han dado el paso para tener licencia bancaria, tampoco parece probable que a corto plazo lo hagan por la estricta regulación que supone disponer de ella. En la práctica, no tener una licencia bancaria quiere decir que no pueden captar depósitos, sin embargo, lo que sí están haciendo es empezar a dar pasos en algunas partes del negocio financiero como los pagos o los préstamos.
Además, en los últimos tiempos se han ido conociendo diferentes alianzas de grandes nombres como Apple, Google o Amazon con algunas entidades para poder prestar servicios relacionados con las finanzas. Este es el caso de Apple y Goldman Sachs para emitir Apple Card.
«Hay que tener mucho cuidado con el agua que no se mueve, nadie sabe que está pasando debajo del agua», advierte Ganhem, que añade que las ventajas que tienen estas empresas son que tienen datos, dinero y saben escuchar a sus clientes. «Tienen millones para invertir y, sobre todo, tienen los datos y la capacidad para escuchar lo que el cliente quiere y lo conocen muy bien», señala.
Aunque no lleguen a pedir licencias bancarias, la regulación cada vez es menos una barrera de entrada porque muchos actores están interesados en la cooperación entre los dos mundos, avisa.
De esta forma, apunta que puede haber un cambio en la concepción de la banca. Ahora mismo, explica, se piensa en la banca como un servicio universal que produce y dsitribuye productos. Estos son una mezcla de conocimiento técnico y regulatorio. Pero, el experto señala la banca va evolucionar hacia la especialización creándose roles de productor, distribuidor y orquestador. En el caso de la Apple Card, Goldman Sachs sería el banco productor y Apple sería tanto el distribuidor como el orquestador.
Noticia original: Business Insider
Autor: Marta Garijo