Goldman Sachs retrasa las obras del Espai Barça
El FC Barcelona no iniciará las obras hasta tener cerrada la financiación, que todavía busca el banco americano. La lentitud del Ayuntamiento, otro lastre
El FC Barcelona no tiene prisas para el nuevo Espai Barça. La reforma del estadio del conjunto azulgrana tenía fijado el verano de 2017 como fecha de inicio, pero la búsqueda de la financiación que asesora Goldman Sachs le está llevando más tiempo del previsto. Sin el dinero asegurado, la entidad presidida por Josep María Bartomeu no pondrá la primera piedra al mastodóntico proyecto en el que prevé gastar alrededor de 630 millones de euros.
Según explican fuentes implicadas a Economía Digital, los trabajos se pospusieron hasta el verano de 2019, una marca en el calendario que tampoco se respetará, pues el equipo todavía no tiene cerrado ni el primer paso de la captación: encontrar un patrocinador que ponga apellido al recinto y esté dispuesto a poner alrededor de 250 millones de euros.
Varios medios publicaron a finales de octubre que el Barcelona tenía un acuerdo con Scranton Enterprises, la patrimonial de la familia Grifols, para ceder el nombre del nuevo Camp Nou y que ésta pudiera subcontratar a una tercera marca. No obstante, fuentes de Grifols declinaron confirmar o desmentir la información.
Sin tener patrocinador para el nuevo estadio, el Barça no se sentará con la banca
Sin cerrar la venta de los title rights, el club catalán no se reunirá con la banca para pedir un préstamo que deberá rondar los 200 millones de euros. La previsión era que las conversaciones entre las entidades y el Barça comenzaran a principios de este año, pero la dilación en la búsqueda del patrocinador también retraso la negociación.
El FC Barcelona tendrá un as bajo la manga para hablar con los bancos. Acaba de cerrar un préstamo de 140 millones de euros con dos fondos estadounidenses, Barings y Pricoa Capital Group, con un interés inferior al 1,8%. Fuentes financieras señalan que, de haber realizado la operación con una entidad financiera tradicional, el interés hubiera rondado el 3%. «Es una operación magnífica», zanjan.
De este modo, el conjunto azulgrana podrá apretar las tuercas a las entidades con una arma que hasta ahora desconocía.
La tercera rama de la financiación del Espai Barça se sustentará gracias a la actividad ordinaria generada por el nuevo espacio, que contará con renovados palcos vip, una nueva oferta gastronómica y mayor capacidad.
El impacto de Colau en el ‘Espai Barça’
En las conversaciones con el consistorio barcelonés también se cimentó el retraso. “Más que por malas relaciones entre Barça y Ayuntamiento, la demora obedece a que esta administración es extremadamente lenta”, justifican las voces implicadas en el proyecto.
La falta de los permisos fue una zancadilla, pero la mayor parte de la demora obedeció a la falta de agilidad de la administración, algo en lo que coinciden todas las fuentes inmobiliarias consultadas por Economía Digital en los últimos meses.
Una vez cerrado el acuerdo, en primavera de 2018, Bartomeu y la alcaldesa, Ada Colau, escenificaron la buena sintonía de la mano del resto de grupos municipales. En un acto organizado en el consistorio, se dieron a conocer los últimos detalles del proyecto, que finalmente reducirá la superficie hotelera, de oficinas, restauración y comercial de 30.000 a 28.000 metros cuadrados.
A cambio, las zonas verdes públicas subirán desde los 27.500 metros cuadrados hasta los 32.000 metros cuadrados. El conjunto azulgrana asumirá la totalidad de los costes de las obras en los espacios públicos y las indemnizaciones a los vecinos de un edificio de Travessera de les Corts, que ascenderán a 125,2 millones de euros.