Goirigolzarri impulsa la renovación en Caixabank y diluye tensiones internas

La salida de Alcaraz se produce tras años de equilibrios de poder entre Gortázar y el director general, que controlaba todos los entresijos del área comercial

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank

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José Ignacio Goirigolzarri aterrizó hace casi dos años en la presidencia de Caixabank y se encontró un banco con dos liderazgos que, si bien no eran de igual a igual, sí producían ciertas tensiones aunque se mantenía un equilibrio que tenía sus beneficios. Gonzalo Gortázar, consejero delegado, y Juan Alcaraz, director general, convivían mirándose de reojo. Pero la integración de Bankia hizo más compleja esa convivencia, que ha terminado con la salida del que era el jefe de toda la red comercial.

Alcaraz se enteró de su cese este mismo martes, pocas horas antes de que el consejo de administración, presidido por Goirigolzarri, lo aprobara, según afirman fuentes financieras a Economía Digital. Y es un cese sin paliativos: el que ha sido director general de negocio del mayor banco español en la última década no solo deja el puesto sino que su desvinculación de la entidad es absoluta.  

El cambio, por tanto, se fraguó en los últimos días y de forma discreta, lo que contrasta con las desavenencias entre Alcaraz y Gortázar, que eran algo conocidas y venían de lejos. “Nunca se entendieron”, aseguran las fuentes consultadas, pues eran “dos gallos en un gallinero”. Pero convivieron muchos años, y los últimos ocho y medio, con Gortázar como consejero delegado. 

El director general de CaixaBank, Juan Antonio Alcaraz. EFE/Jesús Diges

Su convivencia hasta ahora fue posible por dos motivos: el CEO es un financiero y no un hombre del negocio, mientras que Alcaraz se encargaba de toda el área comercial, por lo que, al poner el foco en áreas distintas, no chocaban tanto. El segundo motivo es que era la voluntad de Isidro Fainé, presidente del banco hasta mediados de 2016, y de La Caixa, accionista de referencia del banco, aun en la actualidad. 

A Fainé, aseguran las fuentes financieras, le interesaba que existiera ese equilibrio de poderes. Aunque generara tensiones. Además, ambos directivos contaban con su confianza. Gortázar fue su apuesta para CEO cuando echó a Juan María Nin, y confió en Alcaraz pese a que lo había fichado precisamente Nin de Banc Sabadell.

Con Jordi Gual en la presidencia de Caixabank, entre 2016 y 2021, siguió el equilibrio porque el directivo catalán apenas se metía en el día a día del banco. De hecho, es el presidente de La Caixa y no el de Caixabank quien negocia personalmente con Nadia Calviño la absorción de Bankia por parte del banco catalán. 

Pero es precisamente la integración del banco madrileño-valenciano lo que complica ese equilibrio de poderes y convierte las tensiones en ya insostenibles. A diferencia de Gual, Goirigolzarri, presidente de Bankia que asume el mismo cargo en Caixabank tras la fusión, tiene funciones ejecutivas y, además, es banquero. Más banquero que Gortázar, incluso, en el sentido que se interesa por el negocio y por la red.  

El presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar.
El presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar.

“Goirigolzarri preguntaba cuántas hipotecas habían firmado en el último mes”, asegura, a modo de ejemplo, una fuente del sector. Esa figura generó más tensión en ambos. En Alcaraz porque, de repente, el presidente se metía en su negociado. En Gortázar, porque debía rendirle cuentas y sentía presiones por arriba y por abajo, sin tener un control directo sobre la red. 

El incremento de la tensión llevó la convivencia al límite, hasta el punto que el presidente ha terminado tomando partido por su consejero delegado y asumiendo una decisión radical. No hay sitio para los dos. Parte del problema de Alcaraz era que acumulaba mucho poder, pero su sustituto, Jaume Masana, tendrá las mismas atribuciones. Eso sí, no será director general, figura que desaparece, por lo que queda más que claro: aquí mandan Goirigolzarri y Gortázar. 

Los equilibrios Madrid-Barcelona

El relevo también tiene una lectura Madrid vs Barcelona. El presidente, vasco, y el consejero delegado, madrileño, viven en la capital española, pese a que pisan Barcelona semanalmente. Alcaraz, a pesar de ser madrileño, lleva décadas en la capital catalana y representaba el contrapoder catalán, el contrapeso a la madrileñización de la entidad. “Hasta es culé, acérrimo, y abonado al Camp Nou”, explica una fuente cercana al directivo. 

Aun así, sus sustituto también es catalán, como las dos nuevas incorporaciones al comité de dirección. Los tres directivos ya estaban en la compañía y ascienden. El que lo hace de forma más evidente es Masana, exdirectivo de Catalunya Banc y Caixa Manresa, que será el máximo responsable del área de negocio. Las fuentes consultadas aseguran que es un muy buen directivo que no dará problemas a Goirigolzarri y Gortázar. 

Mientras tanto, los tres directivos procedentes de Bankia que fueron nombrados miembros del comité de dirección siguen, pero como este organismo crece de 14 a 16 integrantes, el peso de la entidad que surgió de la fusión de Caja Madrid y Bancaja cae todavía más. Eso sí, como ha quedado demostrado, Goirigolzarri sigue en plena forma. 

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