Gobiernos y reguladores se conjuran para evitar el contagio de SVB a la banca europea
A pesar de las llamadas a la calma, el castigo se sintió en la bolsa y los seis bancos cotizados españoles perdieron 16.700 millones de euros en dos sesiones
Reguladores y gobiernos han unido fuerzas en un frente común para mitigar el impacto de la quiebra de Silicon Valley Bank. Sin embargo, a uno y otro lado del Atlántico las consecuencias de la caída se siguen notando a pesar de las llamadas a la calma. El mensaje es claro: el sistema financiero está capitalizado y los depósitos están garantizado. Sin embargo, el miedo es libre. En dos sesiones, desde que el viernes se empezara a hablar de la situación crítica de SVB, los seis grandes bancos españoles cotizados se han dejado 16.700 millones de euros de capitalización con las fuertes caídas en bolsa.
Los bancos españoles cuentan con unos balances “saneados”, aseguró Nadia Calviño, ministra de Economía. «En este momento de turbulencia en los mercados financieros internacionales derivada de la situación de fragilidad de algunos bancos en Estados Unidos, los bancos españoles se encuentran con un marco de supervisión y regulación reforzado y una situación saneada de sus balances», apuntó Calviño.
No fue la única voz que salió en Europa en defensa del sistema bancario. «No creo que estemos en una situación comparable a la de entonces», dijo el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Hebestreit, durante una rueda de prensa en referencia a la gran crisis financiera de 2008. “En este momento todavía rechazaría tales comparaciones históricas», señaló.
A pesar de las palabras de los políticos, que se suman a la rápida actuación de la Reserva Federal, los inversores llevan desde el viernes, cuando se empezó a hablar sobre la frágil situación de SVB, castigando a la banca en Bolsa. El sector bancario español, perdió unos 16.700 millones de capitalización bursátil en estas dos jornadas.
El lunes, las caídas en la banca española se han saldado con retrocesos que han estado encabezados por Sabadell, que se ha dejado un 11,81%, Bankinter ha cedido un 8,54%; BBVA, un 8,24%; Unicaja, un 7,78%; Santander, un 7,35% y CaixaBank, un 6,24%.
En el resto de plazas europeas, los grandes bancos también presentaron retrocesos. En Reino Unido, Barclays cayó un 5%. Mientras que en Alemania, Deustche Bank retrocedió un 7,24% y Commerzbank se dejaba un 2,56%. En Suiza, Credit Suisse bajó un 15%.
La caída de SVB fue derivada de la forma de hacer negocio de la propia entidad, que tomaba dinero en forma de depósitos, sobre todo, de startups para posteriormente, invertirlo en activos a largo plazo, con mayores rentabilidades, pero mucho menos líquidos. El problema estalló cuando en medio de las rápidas subidas de los tipos de interés de la Reserva Federal, el banco sufrió una retirada de depósitos y necesitó vender parte de estas carteras para tener liquidez. Una venta que afloró fuertes pérdidas y que agudizó la salida de más depósitos.
Conforme se han ido conociendo más detalles de lo ocurrido también ha ido saliendo a la luz el papel del consejero delegado de SBV, Greg Becker, que en los últimos años habría presionado fuertemente a las instituciones para reducir la presión regulatoria sobre los bancos, según informa The Guardian. A esto se suma, que se ha conocido que Becker vendió una suma importante de acciones que tenía en la entidad hace unas dos semanas.
El contagio golpea a la banca mediana de Estados Unidos
«Los estadounidenses podéis tener confianza en que el sistema bancario es seguro. En mi Administración nada ni nadie está por encima de la ley», aseguró el presidente de Estados Unidos, Joe Biden en una comparecencia donde dijo que el contribuyente no tendría que pagar nada. Unas declaraciones que llegaron después de que la Reserva Federal creara una línea especial.
Sin embargo, a pesar de las palabras del presidente, la banca regional estadounidense sufrió fuertes caídas en bolsa. Primero fue Signature que siguió los pasos de SVB en Estados Unidos y fue suspendido por las autoridades.
Tras lo cual, varios bancos medianos sufrieron un fuerte castigo en bolsa, con caídas de hasta un 60% en el caso de First Republic Bank. Western Alliance Bancorp sufrió retrocesos de más del 48%, mientras que PacWest retrocedió alrededor de un 30% solo en la sesión del lunes.
A pesar del castigo del mercado, los analistas se mantienen firmes en la postura de que esto no es igual a lo ocurrido en 2008. Tanto banca, como reguladores aprendieron de lo ocurrido en la crisis financiera y los expertos descartan un contagio sistémico tras la quiebra. Aunque sí que este episodio podría ser un revulsivo para un freno de la subida de tipos, por lo menos en el caso de la Reserva Federal de Estados Unidos.
“Parece que las subidas de tipos han terminado por romper algo, estábamos esperando que fuera el consumidor el que cediera terreno por el encarecimiento de los gastos financieros, pero en este caso, una situación inesperada ha iniciado una chispa de volatilidad en un mercado que en las últimas semanas se comportaba ajeno a los mensajes que lanzaban los bancos centrales”, explican los expertos de la gestora Welzia.
“Los mercados odian la incertidumbre y, por tanto, no es descartable que sigamos sufriendo volatilidad, ampliaciones de spreads de crédito y caídas en activos de riesgo. No pensamos que vaya a ser un momento “Lehman Brothers” con contagio global, pero no es descartable que el mercado esté más volátil en las próximas semanas y que puedan producirse correcciones en los activos de riesgo como la renta variable”, añaden.
Desde DWS también huyen de comparaciones con la gran crisis financiera de 2008. “Los bancos, por otra parte, se encuentran en una posición mucho más sólida en términos de financiación que antes de la crisis financiera”, apuntan.
Las diferencias con la crisis de 2008
En este sentido, Darío García de XTB, también apunta en conversación con Economía Digital que lo ocurrido en esta entidad estadounidense es complicado que se replique en la banca española, puesto que aunque tienen una cartera importante de deuda soberana, la cobertura que existe evita este tipo de situaciones.
Hay que tener también en cuenta que el sistema bancario español ha cambiado mucho desde la anterior crisis financiera cuando se componía de un enjambre de pequeñas cajas de ahorros, que además, tenían una fuerte exposición al ladrillo. En estos casi 15 años, además, los reguladores europeos han puesto el foco en un aumento de la regulación, así como una aumento de los requisitos de liquidez y solvencia del sistema.
“La banca española tiene un claro exceso de liquidez con ratios muy elevados (como el ratio de cobertura de liquidez que obliga a tener activos líquidos de calidad para hacer frente a salidas de caja durante 30 días, y esa ratio está cerca del 200%). Además, sus depósitos no son como los del SVB, que tenía clientes/empresas con depósitos de saldo muy elevado y por tanto no garantizados en su mayor parte. Eso no ocurre en España”, explica Joaquín Maudos, director adjunto del Ivie y catedrático de la Universidad de Valencia.
“Por otra parte, nuestra banca está capitalizada para hacer frente a minusvalías latentes en su cartera de deuda. Por otra parte, el BCE es prestamista de última instancia y confío ayudaría a aportar liquidez en caso de necesidad”, añade Maudos.
En este sentido, también se pronuncia Javier Niederleytner, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB. «El modelo de banca europea es distinta, y hoy por hoy los bancos europeos y españoles tiene liquidez suficiente”, apunta.