Los empresarios acusan al Gobierno de ningunear a Hernández de Cos en el nuevo impuesto a la banca  

El Gobierno no ha tenido en cuenta la opinión del Banco de España en la Proposición de Ley, pero le tocará supervisar que no se repercuta

Pablo Hernandez de Cos, gobernador del Banco de España./ EFE

Pablo Hernandez de Cos, gobernador del Banco de España./ EFE

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Los empresarios critican que el Gobierno de Pedro Sánchez no haya tenido en cuenta la opinión del Banco de España en la elaboración de la Proposición de Ley, que se lleva este martes al Congreso, con el objetivo de que se apruebe un nuevo tributo para el sector financiero, cuyo propósito es recaudar 3.000 millones de euros entre 2022 y 2023. 

En concreto, el Instituto de Estudios Económicos (el centro de estudios de la CEOE), alerta de que al elegir para la tramitación de la norma la Proposición de ley y no, el Proyecto de ley, se omiten algunos trámites, como la consulta pública o contar con un informe específico del Banco de España “que tiene mucho que decir de la introducción de un nuevo gravamen a las entidades financieras”. 

Así lo ponen de manifiesto los catedráticos en la presentación de un informe donde se analiza si el nuevo impuesto se adecua a la Constitución y al Derecho. A su juicio, hubiera sido deseable que se tramitara como Proyecto de ley y se hubiera tenido en cuenta al organismo que dirige Pablo Hernández de Cos.  

Consideran que su papel es “especialmente relevante” y en este caso – entienden- se habría opuesto al nuevo impuesto porque “va en contra” de lo que el propio Banco Central Europeo persigue, preservar la solvencia de las entidades financieras. 

Algo que no se puede garantizar si el nuevo impuesto no repercute a los clientes, como exige la nueva norma. La banca también ha defendido en los último dos meses que se rigen por las guías de la EBA, (Autoridad Bancaria Europea) y estas piden que el sector repercuta todos los costes de capital, financiación de crédito, e incluso los costes de naturaleza tributaria. 

Pero el nuevo impuesto del Gobierno, lo prohíbe e incluso lo penaliza con una multa proporcional al 150% del importe repercutido. Y en este sentido los catedráticos juzgan que el Gobierno no solo no ha tenido en cuenta al Banco de España para esta Proposición de Ley, además le han dado una misión que no le corresponde.  

El BdE y la CNMC supervisarán a la banca

Exactamente, la competencia para «colaborar en el procedimiento sancionador si hay traslación del gravamen a terceros”. Una tarea que compartirá con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, y que a su entender, es “llamativo” porque se trata funciones que se alejan de las que le son propias. 

De esta manera, los empresarios se alinean así con el sector bancario y se muestran contrarios al nuevo tributo, que gravará el 4,8% del margen de intereses más comisiones de las entidades durante dos años por el nuevo contexto de subida de tipos de interés, lo que a priori, le reportará beneficios extraordinarios, según defiende el Gobierno. 

En cuanto a este tipo de beneficios, que algunos llaman “caídos del cielo”, los del Instituto de Estudios Económicos señalan que, la banca y las eléctricas no serán las únicas empresas beneficiadas por la subida de los precios, por lo que el impuesto está mal planteado. Si solo se tiene en cuenta este criterio, añaden, se podría aplicar a otras compañías, “como los supermercados”, algo que no es deseable.

“¿Son estos sectores los únicos beneficiarios de las subidas de precios? ¿No hay ninguno más en los que el incremento de precios se haya notado positivamente en sus cuentas de resultados? ¿Cómo es posible que se haga esta afirmación, absolutamente gratuita, cuando el gravamen se aplicará sobre las magnitudes de los próximos años, cuya situación es hoy día una incógnita?”, se preguntan. 

Al respecto recuerdan que, la banca ha convivido con tipos de interés cercanos a cero o incluso negativos en los últimos años y considerar que ahora que han empezado a subir les va a reportar más beneficios, es una afirmación muy relativa porque no se tiene en cuenta la rentabilidad. 

En este sentido, apuntan a que “resulta complicado hablar de beneficios extraordinarios” en un sector caracterizado en los últimos años por sus estrechos márgenes y por una rentabilidad sobre fondos propios reducida e incluso inferior a su coste de capital.  

De acuerdo con los datos del Banco de España, la rentabilidad media antes de impuestos sobre fondos propios (ROE) de las entidades en España ha sido del 1,32% entre 2008 y 2021, y del 4,05% entre 2014 y 2021, mientras que el coste del capital para los bancos de la zona euro se habría situado en los años recientes entre el 8% y el 12%. 

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