El Gobierno repite errores con el Perte 2 del coche: el mismo esquema y solo 600M
Las ayudas europeas que esperan Ford y Stellentis mantiene la estructura de bloques y participación que dificultaron los proyectos en la primera convocatoria
El Ministerio de Industria mantiene los errores que provocaron el fiasco del Perte del coche eléctrico. El esquema con el cual factorías como Ford Almussafes y Stellantis Vigo se quedaron fuera de los fondos europeos se mantiene hasta el punto que la previsión de asignación de fondos se limita a 600 millones de euros. El programa nació con 2.975 millones de euros de ayudas y sólo se adjudicaron en la primera edición 793 millones, el 26%.
Gerard Brinquis, Strategy & Grants Director de FI Group, consultora implicada en varios proyectos del Perte de la automoción, explica: «El Perte 2.0 como lo conocemos va a ser continuista a la primera versión con la misma estructura de bloques y de participación, la necesidad de tener un OEM y con ciertas flexibilizaciones en clausulado». Entre ellas, se espera mejoras en los costes financiables como, por ejemplo, que en los costes generales se pueda incluir los costes de certificación.
La industria de la automoción ha enviado al Ministerio de Industria informes y peticiones en los que solicitan una mayor acessibilidad a los fondos sin haber recibido la reación esperada. «No esperamos unas mejores radicales. La estructura del 1.0 es la que es y con eso van a jugar», comentan desde FI Group.
El presupuesto de partida hoy en día del Perte2 se limita a 600 millones de euros para los nuevos proyectos en forma de consoricio que se presenten. Esta es la cantidad que se prevé cubrir con la convocatoria, lo que demuestra el escaso interés que ha levantado la segunda convocatoria. Aunque no hay propuestas que permitan aventurar hoy en día un mayor uso de los fondos europeos, el Ministerio de Industria se reserva la opción de incrementar la dotación.
Ford Almussafes, como desveló Economía Digital en exclusiva, renunció a 106 millones de euros de ayudas y la esperanza, tanto del Ministerio como dentro de la factoría y en su parque de proveedores, es que se vuelva a presentar con un proyecto definido de electrificación. El otro gran actor que se espera que compita en el Perte2 es Stellantis. El resto de grupos que han recibido ofertas hay casos como el de Faurecia, que descarta volver a presentarse, y otros como el Hub que sí espera recuperar en el Perte2 lo que no logró en la primera edición.
Para los proyectos de Ford y Stellantis se está negociando una de las pocas modificaciones sustanciales que podría tener el Perte2 respecto a la convocatoria original. El mismo esquema de ayudas trasladaría el plazo máximo de ejecución desde el 30 de junio de 2025 que tuvo la primera versión a un plazo de entre 48 y 60 meses desde que se publique la solicitud de ayudas.
Esto llevaría los plazos de ejecución hasta 2027 o 2028, un escenario amplio para los fabricantes para decidir su futuro y excesivamente largo para las plantillas de factorías y proveedores que pasarían demasiados años sin carga de trabajo hasta la espera de la electrificación.
Desde Sernauto, la Asociación Española de Proveedores de Automoción, se apunta que «siguen realizando gestiones con el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo para trasladarle la necesidad de incorporar ciertas cuestiones a la nueva convocatoria del PERTE VEC para que esta funcione».
Sernauto apunta que es «es imprescindible aprender de lo que ha sido la primera convocatoria»
Los proveedores inciden en que es «es imprescindible aprender de lo que ha sido la primera convocatoria, intentando reducir los obstáculos que se han identificado y que cualquier mejora o flexibilización de las condiciones que se consiga, tenga carácter retroactivo con efecto en los consorcios aprobados en la primer convocatoria del Perte.
Los proveedores de la automoción piden que «se respete el principio de concurrencia competitiva, evitar la excesiva burocracia y complicación de los requisitos y dar mayor certidumbre en todo el proceso sin condiciones abiertas a interpretación». Por ello, apuntan que es necesario un documento FAQs, establecer plazos claros y cumplirlos para la apertura, cierre resoluciones, presentación de alegaciones…
También piden mejorar la intensidad de las ayudas en este programa de colaboración versus la convocatorias individuales para poner en valor la carga de esfuerzos y responsabilidades asumidas en este tipo de programas y otorgar mayor flexibilidad, por ejemplo, para proyectos de inversión regional, que «fue muy complicado encajar dadas las limitaciones en cuanto a las zonas incluidas en las ayudas regionales«.
Otras cuestiones que se mantienen en el esquema del Perte2 pese a los problemas que supuso en la primera edición de las ayudas al coche eléctrico son las limitaciones para las inversiones productivas de CAPEX de los proyectos y la falta de equilibrio en el importe de los anticipos por anualidades dadas las implicaciones que su obligatoriedad conlleva.
Los proveedores también inciden en que la obtención de las garantías «es un proceso muy arduo, especialmente para las pymes«. Por ello suguieren buscar opciones de mejora tanto en los porcentajes, que puede suponer, en muchos casos, tras el análisis de riesgos, una “pignoración” del 25% al 50% del importe garantizado, como cancelaciones parciales mediante certificaciones parciales. Además de establecer una guía de trabajo general con las SGR a través de Cersa para flexibilizar plazos de análisis y aprobación, así como condiciones.
Ayudas con concurrencia simple y caracter individual
Al margen de la línea principal, el gobierno se plantea abrir una segunda convocatoria de «concurrencia simple y caracter individual». Según detallan desde FI Group, en esta nueva forma de acceder a las ayudas «no se tendrán que montar las agrupaciones grandes. El primero que lo presente será evaluado y si se supera la puntuación mínima se logrará la financiación».
Este tipo de convocatoria será, por tanto, similar al Plan Moves en la medida de que los que deseen obtener las ayudas tendrán que ir presentando las ofertas sin que exista unos plazos claros de control sobre cuántos proyectos se presentan y cuántos tienen o no las ayudas concedidas.