Gobierno y CNMC truncan los planes de Telefónica para el desarrollo del 5G industrial
La potencial entrada de gigantes tecnológicos en los despliegues de 5G a nivel industrial supone un contratiempo para el operador azul
El desarrollo del 5G se ha convertido en un asunto vital para los operadores de telefonía. Y en concreto, para Telefónica. Por su tamaño, se trata de un reto muy importante del que no puede perder la oportunidad. Por eso, la forma en la que el Gobierno tiene pensado desarrollar la subasta de frecuencias que todavía queda, 26 GHz, el conocido como ‘5G industrial’, deja al operador azul en una posición de partida menos beneficiosa.
Por el momento ya están repartidas frecuencias esenciales para el 5G como la banda de 700 MHz, así como los 3,5 GHz. Aunque la realidad de este negocio es que todavía no se opera sobre el estándar definitivo. Por lo tanto, todo se mantiene en relativo estado de espera. Sin embrago, tras conocerse la propuesta del Gobierno con la banda del ‘5G industrial’, y que ha sido respaldada por el regulador, la balanza se ha roto.
En concreto, lo que propone el Ejecutivo es que parte de ese ancho de banda sea otorgado a empresas industriales para que sean estos quienes desarrollen sus propias redes. Esto sería un problema, sobre todo para Telefónica como operador dominante, porque de repente dejaría tener el control del espectro y pasaría a competir con otros actores del mercado por, posteriormente, desarrollar la parte técnica del despliegue.
Llegados a esta situación el mercado se abre a compañías como las grandes empresas tecnológicas, o a torreras como Cellnex, que ya tiene experiencia en el desarrollo de esta tecnología para empresas e industrias particulares.
El mazazo de la CNMC
Por si fuera poco, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado un informe no vinculante donde deja clara su posición. El regulador valora positivamente el proyecto de Orden de aprobación de un nuevo Cuadro Nacional de Atribución de Frecuencias (CNAF) y considera adecuados tanto la reserva de espectro en la banda de 26 GHz para ‘verticals’ como el volumen propuesto.
Desde la CNMC señalan la posibilidad de que entidades distintas a los operadores de comunicaciones electrónicas puedan acceder directamente a espectro en la banda de 26 GHz, permitiría que estas entidades tengan la capacidad de desarrollar de manera conjunta con fabricantes u otros integradores nuevas soluciones y servicios independientes de los operadores de comunicaciones.
Aseguran que esta nueva opción podría adaptarse mejor a las necesidades concretas de cada sector. Ello podría ser un elemento dinamizador del mercado, ya que añadirá nuevos actores con capacidad de desplegar sus propias redes. Aunque todo eso, lógicamente, va en detrimento de los grandes operadores de telefonía como Telefónica que tendrían que entrar a competir en un mercado distintos.
En cuanto a la modalidad de la subasta, la CNMC también muestra su visión positiva a la resolución del Ejecutivo y que atañe a la competencia. Estiman desde el regulador, en cuanto a los límites de espectro por operador, que estos tienen la función de evitar comportamientos especulativos o el acaparamiento de derechos de uso del dominio público radioeléctrico y, por tanto, garantizan que exista un número mínimo de operadores con recursos públicos radioeléctricos para desplegar sus propias redes. El límite se ha fijado en un máximo de 1 GHz, en cualquier ámbito territorial.