Gates, Soros y Slim acumulan millonarias pérdidas en FCC
Los 113,5 millones invertidos por el fundador de Microsoft se han devaluado casi un 41% en poco más de año y medio
FCC, la constructora ahora controlada por el magnate Carlos Slim, no levanta cabeza, y las inversiones realizadas por los accionistas de postín, como el propio empresario mexicano, el inversor estadounidense Georges Soros o Bill Gates, el fundador de Microsoft, empiezan a ver las orejas al lobo.
Las continuas caídas que la constructora presidida por Esther Alcocer Koplowitz lleva acumuladas en las últimas semanas han dejado en un segundo plano algunas noticias positivas, como la entrada en beneficios, diez trimestres después, de 6,2 millones de euros entre enero y marzo de 2015, o el jugoso contrato ganado para ejecutar la obra de la línea 2 de metro de Panamá.
Lo que faltaba, comisiones ilegales
Asuntos relevantes que hoy mismo quedaban relegados ante el reconocimiento, por parte de la propia compañía, de la existencia de facturas abonadas, entre 2006 y 2007, a la sociedad Brantridge, creada, según la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef), para el cobro de comisiones por parte de Jordi Pujol Ferrusola.
Los inversores tomaron buena nota y no tuvieron la menor consideración hacia la comunicación de la constructora acerca de la apertura de una investigación interna para intentar esclarecer los detalles en que se llevaron a cabo aquellos pagos, en concepto de comisiones ilegales, a cambio de la adjudicación de obras públicas en Cataluña.
FCC cae un 21,6% en lo que va de año
Por esta y otras circunstancias, al final de la sesión bursátil del 1 de junio, FCC retrocedía otro 3,17% hasta dejar la cotización en 9,214 euros por acción, lo que supone elevar al 21,58% la caída en los cinco meses transcurridos de 2015.
De este desaguisado, el fundador de Microsoft, Bill Gates, es, de los tres inversores de postín que decidieron entrar en FCC en los últimos tiempos, el que peor parado sale. Aquellos 113,5 millones de euros que pagó, en octubre de 2013, por 7,6 millones de acciones, equivalentes al 6% del capital de la constructora, capitalizan ahora por poco más de 67 millones. Una minusvalía latente (caso de que vendiera hoy) de casi el 41%.
Gates y Slim
Gates tiene dividida su participación en FCC a través de dos sociedades bajo su control. Por una parte, más de 5 millones de acciones son titularidad directa de Cascade Investment, mientras que los restantes 2,22 millones están en manos de Bill & Melinda Gates Foundation Trust, la fundación que comparte con su esposa. Los restantes 300.000 títulos quedaron diluidos al no acudir Gates, en su totalidad, a la última ampliación de capital en la que otro magnate, el mexicano Carlos Slim, tomó el control de la constructora.
En el caso de Slim, esas minusvalías latentes son mucho menores. Básicamente, por una cuestión de tiempo. Los más de 650 millones invertidos por ese 25,63% del capital acumulado en FCC, valen hoy algo más de 615 millones.
¿Poco o mucho? Depende cómo se mire. Mucho, si se tiene en cuenta que, a finales de 2014, en apenas un mes vio el mexicano cómo esa participación, tras su entrada en el grupo constructor a través de Inmobiliaria Carso, se disparaba de manera fulgurante hasta acaparar plusvalías latentes de 175 millones.
El escurridizo Soros
Si en el caso de Gates o Slim, la participación en FCC está fielmente registrada en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), no ocurre lo mismo con la del escurridizo inversor estadounidense Georges Soros.
Nadie, ni siquiera en la compañía, saben con certeza con qué capital cuenta. Según algunas fuentes, desde su irrupción a finales de 2013, fue acaparando títulos hasta alcanzar un porcentaje cercano al 8%. Ahora, se estima que no atesora más del 3%. Justo el umbral que, de superarlo, estaría obligado a informar al regulador bursátil español.
En esa operación de diciembre de 2013, Soros fue uno de los dos inversores institucionales que adquirió 4,8 millones de títulos de FCC, representativos entonces del 3,8% del capital. Entre ambos, con Soros en su mayor parte, desembolsaron 72,5 millones de euros, al pagar cada acción a 15 euros. En este caso, la minusvalía latente de esa operación se acerca al 39%.