García del Río coge las riendas de la Sareb con el reto de cambiar el accionariado

El Consejo de Administración ha aprobado su nombramiento como presidente de Sareb en sustitución de Jaime Echegoyen

Javier García del Río, presidente de Sareb

Javier García del Río, presidente de Sareb

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Javier García del Río asume la presidencia de la Sareb con el reto de cambiar el accionariado, en concreto de que salgan de el las empresas privadas. Actualmente, el Frob tiene el 45,9% del capital social y la banca otro 43,59%.

A la cabeza, el Banco Santander, que tras adquirir el Banco Popular cuenta con el 22,23%; pero también CaixaBank tiene el 12,24% y el Banco Sabadell, el 6,61%. En consecuencia, hay miembros en el consejo de administración en representación del Frob, dos del Banco Santander, uno de Caixabank y otro del Banco Sabadell.

El Gobierno y estas entidades ya han empezado a “discutir” cómo serían las condiciones de salida, pero no hay “una negociación formal”, explican distintas fuentes consultadas por Economía Digital.

García del Río asume ahora el reto de llevar a cabo esta negociación, que se produce después de que en la Junta General de Accionistas celebrada este miércoles haya dado luz verde a las operaciones societarias necesarias para la conversión en capital de 1.430 millones de euros de deuda subordinada.

Tras esta operación, los recursos propios de Sareb quedan constituidos por 587 millones de euros de capital a cierre de 2020. El banco malo empezará a operar con recursos propios negativos a final de año y la participación de la banca valdrá cero, por eso se negocia su salida.

Esto no es un requisito en sí mismo, pero hace que tenga sentido la salida del accionariado privado, si bien, el pasado mes de marzo la Sareb anunció que se incorpora a las cuentas públicas.

En la junta de accionistas se ha aprobado por unanimidad el nombramiento de Javier García del Río como presidente en sustitución de Jaime Echegoyen, quien presentó su renuncia voluntaria al cargo hace tres semanas.

El nuevo presidente era desde el febrero de 2020 director general adjunto al presidente y en octubre del mismo año fue nombrado consejero delegado. Según explica en un comunicado, afronta esta nueva etapa “con renovada responsabilidad de cara a maximizar la capacidad de generar caja y amortizar la deuda avalada por el Estado”.

Y añade, que este objetivo económico debe ser compatible con la utilidad social de la actividad de la Sareb, obtenida a través de la venta minorista (a particulares y a empresas industriales) de sus activos, y también del desarrollo de colaboraciones en materia de vivienda asequible y social.

Por otro lado, la Junta de Accionistas de Sareb ha aprobado las cuentas anuales de 2020, el informe de gestión y las remuneraciones del consejo de administración en el ejercicio 2021.

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