Gallina Blanca camufla el cierre en Barcelona para ahorrar en despidos
La empresa de la familia Carulla argumenta que traslada la producción a Huesca e invita a la plantilla a trasladarse a Aragón para mantener su empleo
De la mano del Ayuntamiento, los Carulla trabajan para exprimir los terrenos que GB Foods –la antigua Gallina Blanca— tiene en Sant Joan Despí (Barcelona). La saga catalana quiere cerrar la fábrica de la compañía en la ciudad después de llegar a un pacto con el consistorio para construir viviendas, reconocen en público ambas partes, por lo que ya dijo a la plantilla que la única opción para mantener su empleo es mudarse a Huesca, donde el grupo tiene otra planta.
Fuentes sindicales explican a Economía Digital que la compañía viró su estrategia a los pocos días de comunicar el cierre de la instalación. Si en un primer momento dijo que bajaba la persiana, a la semana aseguró que se trataba de un traslado de la actividad a la ciudad aragonesa por lo que se ahorraría parte del coste de las indemnizaciones a los 43 empleados directos que ocupa –que se elevan hasta más de 70 de tener en cuenta las subcontratas–.
La compañía trató incluso de convencer al personal para que aceptara el cambio de destino prometiendo que contrataría a un tercero para que ayudara en la búsqueda de trabajo de las parejas. Ni así logró convencer a los trabajadores.
La última oferta pasa por abrir la fábrica que el conglomerado Agrolimen –que también engloba compañías como Affinity Petcare— tiene en Rubí para ocho de los empleados afectados. Sin embargo, la propuesta obliga a los interesados a rebajarse el salario alrededor del 20% para igualarse a las condiciones de la instalación vallesana.
Gallina Blanca (GB Foods) tiene la sede en l’Hospitalet de Llobregat y doce fábricas: en Sant Joan Despí, Rubí, Ballobar (Huesca), Alcañiz (Teruel) y Miajadas (Cáceres); en Italia (Agrate); en Rusia (Bor), y en África (Argelia, Ghana, Senegal y dos en Nigeria).
¿Quiénes son los Carulla?
En 2017, GB Foods obtuvo unos beneficios de 38,7 millones de euros frente a los 27,9 del año anterior; el 38,8% más. Las ventas también se dispararon desde los 540,2 millones hasta los 730,9 millones; el 35,2% más. No obstante, el negocio alimenario es sólo una rama entre sus intereses. El principal motor del grupo es Affinity Petcare, productora de comida para mascotas.
A través de la Fundación Carulla son accionistas del periódico Ara, uno de los principales altavoces del independentismo catalán. En 2016 tuvieron que salir al rescate de la empresa editora del medio de comunicación, Edicions de Premsa Periódica Ara. En concreto, concedió al rotativo un préstamo de 500.000 euros mientras que la firma Acta Diurna –propiedad de la familia Rodés— prestó otros 250.000 euros.