Fridman purga en DIA a los últimos directivos de De la Cierva
Karl Heinz Holland, mano derecha de Fridman, sigue acometiendo cambios respecto al antiguo consejo de administración
Desde la llegada de los hombres del empresario ruso Mikhail Fridman a los mandos de DIA, la compañía de supermercados, tercera por cuota de mercado en España, no ha dejado de acometer cambios. Se han producido en el modelo de tiendas, con especial atención a las franquicias, en las direcciones regionales y siguen ejecutándose respecto a los directivos y departamentos.
En la cadena de supermercados, especialmente desde la vuelta de las vacaciones, los hombres de Fridman, con el consejero delegado Karl Heinz-Holland a la cabeza, han ejecutado más altas y bajas en departamentos estratégicos en las oficinas centrales del grupo de Las Rozas (Madrid), pese a no comunicarlas todas oficialmente.
Del cuadro que DIA presentó hace poco más de un año, cuando Borja de la Cierva [imagen que aparece a continuación] pasó a ser consejero delegado en sustitución de Antonio Coto quedarían pocos directivos, únicamente retenidos al gozar de cláusulas de blindaje, explican fuentes conocedoras.
Los que han resistido han sido enviados a las direcciones de países no estratégicos o se mantienen en ellos, como ha sucedido con Alejandro Grande (Argentina) y Miguel Guinea (Portugal), los dos mercados que son menos importantes para el grupo, a diferencia de España y Brasil.
Entre los últimos que habrían abandonado el grupo, según las mismas fuentes, estarían Teresa Travesi, que tomó las riendas de atención al cliente y dejó Procter&Gamble, y José Antonio Lombardía, ex de Telefónica, de Banco Santander y responsable de marketing corporartivo en la cadena de supermercados.
Antes salieron María Miralles, directora de transformación (junio); Miguel Ángel Iglesias (marzo), director jurídico y compliance de la empresa, y Faustino Domínguez (octubre), quien solo un año antes pasó a asumir la dirección ejecutiva de DIA España, unificando las áreas comerciales y de operaciones de todas las enseñas.
La compañía, preguntada al respecto por todos estos cambios internos, ha preferido no hacer comentarios y se ha limitado a reiterar que la empresa sigue en transformación desde la llegada de Letterone, fondo ligado a Fridman, como máximo accionista.
Queda por tanto la duda de qué ha sucedido con otros dos directores: Miren Sotomayor, directora de reporting y control de gestión, e Iván Martín, director de operaciones, ambos desaparecidos del nuevo organigrama.
Llegadas desde Lidl y cambios en el área jurídica
Por otro lado, las salidas se han producido a medida que Holland ha ido colocando a sus afines, la mayoría directivos con pasado en Lidl, en la compañía. La última incorporación de peso que fue anunciada fue la de Matthias Raimund, encargado desde septiembre de poner orden en el día a día de las más de 6.800 tiendas de la compañía en sus cuatro mercados: España, Portugal, Brasil y Argentina.
DIA también ha ejecutado cambios en el departamento jurídico, con la incorporación de Sagrario Fernández, ex de Codere y Prosegur
Antes de Raimund, Holland pensó en el griego Dawid Jaschock, que fue nombrado director comercial en agosto y ya fue la mano derecha de Holland en Lidl (ambos abandonaron en 2014), donde tuvieron un papel importante en la internacionalización. La otra llegada fue la de Paul Berg, designado consejero delegado de Clarel después de cambiar el posicionamiento sobre la marca: de tener colgado el cartel de se vende a ser estratégica para el grupo.
[Puedes consultar a través de este enlace cómo queda el nuevo equipo de Holland hasta octubre]
También han habido incorporaciones que no se han anunciado de manera oficial en el área legal, como la de Sagrario Fernánez, ex de Codere y Prosegur, como responsable del departamento jurídico.
Cambios en los centros regionales
Los cambios en DIA también han afectado a los centros regionales. De acuerdo a la documentación interna de la compañía a la este medio accedió en septiembre, la cadena de supermercados planeó una reducción en el número de supervisores regionales, que comportaban varios despidos en grandes ciudades.
Al mismo tiempo se produjo un refuerzo de directivos que pasaron a tener un doble liderazgo, encargándose de la dirección de centros adicionales a los que ya gestionaban.
Entre los ceses destacó el de Javier Segura, hasta ahora director regional del centro de Santiago, quien se incorporó a DIA hace 35 años y que dejó la compañía en septiembre para ser sustituido por Pedro Ruiz, quien aterrizaba tras 12 años de experiencia en El Corte Inglés y Eroski.
Distintos modelos de tiendas
Y, en medio de tantos cambios, llegó el turno a la supervisión de las tiendas. Se decidió que el modelo Cadadía, las franquicias más pequeñas del grupo, una suerte de colmados, no eran del agrado de los nuevos propietarios. La solución: no renovar los contratos con los franquiciados que estén asociados bajo este formato una vez hayan vencido los acuerdos.
DIA dio también como posibilidad que el franquiciado pueda suspender su contrato antes de la fecha de no renovación. En cualquier caso, apuntaron, la compañía dejará de suministrar productos propios de DIA en estas tiendas de aproximadamente 80 metros cuadrados, si bien éstas debían eliminar el rótulo de Cadadía al igual que cualquier signo identificativo con la compañía.
La compañía está apostando por las tiendas propias más que por las franquicias, tal y como apuntan los datos: el número de tiendas de DIA a nivel mundial está por encima del de las franquicias, algo que no sucedía desde 2015. Se ha llegado a este nuevo equilibrio tras negociar con aquellos franquiciados “descontentos” o que no alcanzaban la rentabilidad esperada para liquidar sus contratos.