Freixenet se deja el 7,4% de las ventas por el coronavirus
El líder del cava cierra 2020 con una facturación de 1.195 millones de euros gracias a su internacionalización, más vinculada a los supermercados que a la hostelería
El líder del cava fue de las empresas del sector que mejor resistió la pandemia. Gracias a la internacionalización de sus ventas, Henkell Freixenet solamente se dejó el 7,4% de las ventas por el coronavirus. La compañía cerró el ejercicio 2020 con una facturación de 1.195 millones de euros a pesar los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) aplicados en su división comercial.
La empresa con sede en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona) asegura que sin tener impacto los efectos del cambio de divisas, especialmente desfavorables con el euro en Latinoamérica, el descenso hubiese sido solamente del 6,5% a pesar del desplome de la restauración por culpa de la Covid-19.
De hecho, la marca Freixenet presume de haber vendido 99,3 millones de euros alrededor del planeta, el 5,1% más que en 2019. El crecimiento se debe a que fuera de España su producto se comercializa principalmente en supermercados y no en la hostelería, como sí sucede en la Península Ibérica.
El consejero delegado de la compañía, Pere Ferrer, celebró haberse sabido adaptar tal nuevo contexto tras afrontar “un escenario sin precedentes”. “Una vez más hemos demostrado nuestra fortaleza y visión de futuro para seguir siendo líderes en el sector y responder a la realidad del mercado”, añadió.
Andreas Brokemper, consejero delegado de Henkell Freixenet, admitió que la recuperación completa dependerá del sector de la restauración y la hostelería, prevista para el segundo semestre de 2021 “dependiendo de la campaña de vacunación y el desarrollo de la pandemia”.
Freixenet tuvo que recorrer al ERTE
Freixenet no dio a conocer si tuvo beneficios o pérdidas, pero sí es obvio que especialmente su negocio en España resultó tocado por la pandemia. Por suerte para su cuenta de resultados, el negocio nacional apenas representa el 20% del total de sus ventas. Lo suficiente, eso sí, para tener que recurrir dos veces al ERTE para hacer frente al excedente de personal generado por el coronavirus.
La organización recortó la jornada a parte de su personal, especialmente del departamento comercial –estrechamente vinculado a la restauración– y de la división de enoturismo. En febrero aplicó un nuevo ajuste que afectó a aproximadamente el 10% de sus 1.050 empleados.
Para 2021, Andreas Brokemper auguró «un consumo estable o ligeramente creciente en el segmento de vinos, espumosos y licores». «Como resultado de nuestra fuerte diversificación regional y de marca, confiamos en que podremos seguir superando los desafíos asociados con la crisis», añadió el ejecutivo.