Reynés recoloca a la plantilla de Nedgia y mantiene el pulso con la CNMC
Los 300 empleados de redes de Naturgy suspendidos desde octubre vuelven al trabajo pero la compañía mantiene congeladas las nuevas inversiones
Francisco Reynés fue muy claro hace ya más de un año cuando aseguró que con el recorte de la retribución a la distribución de gas por parte de la CNMC no salían a cuenta nuevas inversiones, por lo que las paró y, en otoño, mandó a casa a 300 empleados de Nedgia, la filial de redes de Naturgy. Casi un año después, finalmente los trabajadores afectados han vuelto al trabajo pero el presidente de la energética mantiene el pulso con el regulador y no está haciendo nuevas inversiones.
En octubre de 2019, Nedgia decidió suspender de empleo, que no de sueldo, a 300 de sus 1.000 empleados. Era el excedente que, según Reynés, había en la empresa por la congelación de las nuevas inversiones. Se trataba en su mayoría de técnicos y comerciales. Esta suspensión se fue prorrogando y tenía que terminar en abril, pero la pandemia por coronavirus provocó otra demora.
No fue hasta finales de julio cuando la filial de Naturgy pactó con los sindicatos para que estos empleados volvieron al trabajo tras nueve meses en casa, según explicaron a Economía Digital fuentes de la plantilla y confirmó la empresa. El acuerdo incluía una garantía de empleo pues el excedente de plantilla, según la empresa, seguía existiendo. De estos 300, 200 se reincorporaron a sus puestos con una carga de trabajo más o menos normal mientras que no había tareas para los 100 restantes.
El acuerdo al que llegaron establecía que este centenar de empleados de Nedgia se recolocarían temporalmente en otros proyectos hasta que se les encontrara un lugar estable en la estructura de Naturgy. Esto está pasando a medida que algunos empleados de más de 55 años van acogiéndose al plan de prejubilaciones y bajas voluntarias vigente desde hace algunos años. En el primer semestre, la plantilla de la energética se redujo en más de 1.000 personas, una parte de las cuales se acogieron a dicho programa.
Por lo que respecta a las inversiones, siguen prácticamente congeladas. Se trata de las nuevas, las destinadas a seguir extendiendo la red a más población; las de mantenimiento nunca se han parado. Reynés no ha cambiado de posición pese a que el organismo de Competencia que presidía entonces José María Marín Quemada –en junio cedió el testigo a Cani Fernández Vicién– redujo en hachazo a la gasista.
Las consecuencias del recorte a las redes de gas
La CNMC planteó hace un año un recorte de miles de millones de la retribución al transporte y distribución de electricidad y gas, siendo este último el más importante. Para Naturgy, que como heredera de Gas Natural tiene buena parte de la distribución en España, el hachazo se calculaba en unos 500 millones de euros al año.
La compañía participada por La Caixa, GIP y CVC puso el grito en el cielo y recurrió el recorte, hasta el punto que el regulador hizo marcha atrás, replanteó la medida y redujo la rebaja de la retribución a la mitad de la inicialmente planteada. Sin embargo, el tijeretazo se situó todavía cercano al 10%.
En febrero, en la presentación de los resultados de Naturgy de 2019, Reynés ya subrayó que seguían sin salir los números y pocos días después, prorrogó la suspensión de los 300 empleos.