Fraile instauró sueldos paralelos en la CCC
El secretario general de la patronal catalana de comercio normalizó un sistema de dietas supuestamente ficticias del que se benefició él mismo, su mujer y el anterior presidente
Las dietas son algo normal en las empresas y las organizaciones para cubrir los gastos de sus directivos y empleados. Lo que es menos habitual es que éstas se institucionalicen, con la misma cantidad cada mes durante años, incluidas las vacaciones e incluso con pagas dobles. Esto es lo que sucedía en la Confederació de Comerç de Catalunya (CCC).
El hasta hace poco secretario general de la patronal de los comerciantes catalanes, Miquel Àngel Fraile, la directora de Formación, y esposa de Fraile, Rosa Serrano, y el ex presidente, Pere Llorens, cobraron durante años un sueldo paralelo mediante dietas que no justificaban gastos, sino que era siempre la misma cantidad y con pagas dobles.
Más de 4.000 euros al mes
Como muestran los documentos a los que ha tenido acceso Economía Digital, Fraile percibió dietas lineales durante al menos tres años: 2005, 2006 y 2007. En el primero de estos años, la cantidad que recibía cada mes era de 2.169,64 euros, que supuso un plus a su sueldo anual de más de 26.000 euros. Al año siguiente, se subió las dietas hasta los 4.431,90 euros al mes, más de 53.000 euros al año. En 2007 rebajó sensiblemente la cantidad, a 600 euros.
En la documentación, no constan dietas lineales para Fraile desde 2008 hasta ahora. Sin embargo, cuando supuestamente dejó de recibir dichas dietas, el ex secretario general de la CCC empezó a subirse el sueldo considerablemente. Pasó de cobrar algo más de 60.000 euros en 2009 a más de 110.000 en 2015, como explicó este medio.
Todo queda en casa
También hay otro dato que coincide con el fin de las dietas para Fraile. En 2007, último año en el que dejó de facturar cada mes la misma cantidad a la CCC, empezó a hacerlo su mujer. La documentación recibida muestra dietas de Rosa Serrano desde 2007 hasta 2014, siempre la misma cantidad al mes durante todo el año, y desde 2008 nunca menos de 800 euros.
La directora de Formación de la Confederació de Comerç cobró en 2014 unas dietas de 847,44 euros al mes, a pesar de tener un sueldo de 130.000 euros brutos al año y de que, al contrario de Fraile y del presidente, su papel en la organización no era de representación. El concepto por el que cobraba era «dietas por desplazamientos a reuniones de comisiones de servicios».
Pero lo que más llama la atención es el hecho de que tuviera una especie de paga extra de dietas. Serrano facturaba la misma cantidad cada mes, pero cada año tenía 14 facturas. En los meses en los que se suele dar la paga extra, junio y diciembre, percibía dos abonos por dietas. Como si fuera una nómina.
Las dietas que recibían Fraile y su mujer coincidían con sueldos muy altos, pero además, supuestamente no cubrían sus gastos de desplazamiento, hoteles, restaurantes… ya que el ex secretario general tenía tarjeta de empresa, con lo que no pagaba los gastos de su bolsillo, según han explicado fuentes conocedoras.
También el ex presidente
El presidente de la CCC no tiene sueldo pero sí que cobra dietas. Pere Llorens, máximo representante de la organización durante 30 años, hasta su fallecimiento en abril de 2015, también las percibió. Según los documentos, al menos desde 2006 hasta el mes anterior a su defunción.
En 2014, estas dietas superaban los 3.800 euros brutos al mes y, como Rosa Serrano, también percibía dos dietas en junio y en diciembre. Así, con 14 pagas, se embolsó casi 54.000 euros brutos. Economía Digital no tiene constancia aún del cobro de dietas por parte de la actual presidenta, Maria Rosa Eritja, ni en los meses que lleva en el cargo ni durante los años en los que fue vicepresidenta.
El fin de Fraile
Eritja y la ejecutiva de la patronal relevaron a Fraile y a Serrano de sus cargos hace unas semanas, tras pedir una auditoría del estado contable de la Confederació de Comerç. La organización tiene un agujero de 2,6 millones tras seis ejercicios consecutivos en pérdidas. La causa, una gestión que fio buena parte de sus ingresos a las subvenciones, algo, por otra parte, bastante habitual en el mundo patronal.
La organización está ahora centrada en salir del agujero en el que se encuentra, solución que podría pasar por el concurso de acreedores. La CCC ha quedado reducida a la mínima expresión, con el despido de la mitad de la plantilla en las últimas semanas, y debe al menos tres nóminas a sus trabajadores.