De cómo los europeos están salvando el Ford Mustang
Las ventas del Ford Mustang se desploman en los Estados Unidos mientras se disparan en otros mercados en los que aterrizó en 2015
Tras 50 años recorriendo las principales carreteras estadounidenses, el Ford Mustang se ha convertido en un icono para muchas generaciones alrededor del planeta. Un símbolo del sueño americano, que precisamente se desmorona en su lugar de nacimiento: hoy son los europeos quienes salvan las ventas del modelo.
Después del lanzamiento de la última versión, en 2015, el automóvil aterrizó en 140 nuevos países. No se había vendido jamás en estos territorios, y la apuesta salió bien. Como informa Bloomberg, hoy uno de cada cuatro automóviles fabricados se destina a China, el Reino Unido y Alemania.
Mientras, en Estados Unidos las ventas caen año tras año una vez olvidada la novedad del nuevo modelo. El descenso en el último trienio es del 30%: si en 2015 se comercializaron 132.600 vehículos, en 2017 las ventas cayeron hasta los 92.900 coches.
Comprar un Mustang en Europa: mínimo 43.800 euros
Además, vender un Mustang en el extranjero es mucho más rentable que hacerlo en los Estados Unidos. En suelo americano, el precio del vehículo parte desde los 26.000 dólares (21.100 euros al cambio actual) en su versión más básica. No obstante, los conductores internacionales sólo pueden adquirir una versión superior, que dispara el coste del coche hasta los 43.800 euros (54.000 dólares).
Gracias al impulso, Ford redobló la apuesta y hace pocos meses añadió Brasil y otros cinco países al radar de ventas.