Ford Alemania presiona al cónsul de EEUU para ganar la batalla contra la fábrica de Almussafes
La planta de Saarlouis se acerca a la cúpula de la automovilística en Detroit mientras el Gobierno fía la continuidad del centro valenciano al Perte del automóvil
La fábrica de Ford en Almussafes (Valencia) se juega su futuro contra la de Saarlouis, en Alemania. Ambos centros se disputan la adjudicación de dos modelos eléctricos para 2025, el único tipo de coches que la automovilística producirá en Europa. Los juegos del hambre entre las plantas comenzaron con la petición de rebajas salariales. Y tanto desde el país germano como desde España ya mueven hilos para seducir a al cúpula de la compañía estadounidense.
La administración española fio su estrategia a la dirección local de la marca, con una estrecha relación con la Generalitat valenciana. Fuentes de la Generalitat Valenciana explicaban a finales de 2021 que seguían el asunto con atención y que la relación con la dirección en el país es estrecha gracias a una comisión de seguimiento que monitoriza los acuerdos en materia de formación e infraestructuras sellados. “Tenemos confianza”, explican. Los encuentros se producen cada seis meses.
El presidente de la comunidad, el socialista Ximo Puig, introdujo matices. “Si Ford va a continuar en Europa, creo que Almussafes tiene una gran oportunidad; hay que estar lo mejor posicionados posibles”, dijo. En condicional.
El problema: la información no llega a Valencia procedente de Michigan, donde se decide el futuro de la compañía en los cuarteles generales de Ford. Ni siquiera el poder decisorio está en Ford Europa, con la que Puig sí se ha reunido en varias ocasiones a lo largo de los últimos años. La última vez que se vio las caras públicamente con Stuart Rowley, presidente de Ford Europa, fue en enero de 2020.
Mientras, el Gobierno cuenta con un as bajo la manga: el Perte del automóvil como arma de seducción. El Ministerio de Industria –que no ha contestado a los requerimientos informativos de Economía Digital— ya propuso a la marca adherirse al consorcio formado con Volkswagen para erigir una fábrica de baterías así como puso a su disposición los 3.000 millones de euros con los que cuenta el paquete de ayudas. Sin embargo, poco se sabe de los planes de Ford para beneficiarse de los fondos europeos Next Generation EU.
Por ello, existen dudas de que la firma quiera acogerse a los incentivos. Más viendo los requisitos, aunque el Ejecutivo los haya relajado: implicar al menos a cinco empresas (mínimo un 40% de pymes que aporte el 30% de la inversión), desarrollarse en dos comunidades autónomas o más y contar tanto con un centro I+D como con un vehículo electrificado y una planta de ensamblaje de baterías.
Saarlouis presiona directamente a la cúpula de Ford en Detroit
Por dinero no es. La firma estadounidense anunció en noviembre una inversión de 230 millones de libras (273 millones de euros, al cambio actual) en la fábrica de Halewood, en el Reino Unido. Servirán para transformarla y construir nuevos componentes para los automóviles eléctricos, tanto comerciales y de pasajeros, de Europa. Garantizada está también la continuidad de la infraestructura de Colonia (Alemania).
No obstante, en la fábrica de Saarlouis, en Alemania, la dirección también pidió recortes salariales para garantizar el futuro del centro. Y el poderoso sindicato IG Metal parece estar por la labor de concederlos.
Con una plantilla de 5.000 personas, Saarlouis produce el Ford Focus. A la espera de conocer si recibe nuevos modelos, la dirección continental de Ford advirtió que hasta la próxima primavera no tomará una decisión sobre la supervivencia de la planta. Está a la espera de ver que sucede en Almussafes.
En Alemania la plantilla ya amenaza con huelgas ante el fantasma del cierre de Saarlouis
Según Handelsblatt, la planta valenciana parte con ventaja sobre la de Saarlouis. Sin embargo, sin un acuerdo para recortar salarios todo puede saltar por los aires.
El centro germano ya comenzó a hacer los deberes. Y con una estrategia muy diferente a la española: acercarse al centro de decisión de Ford, ubicado en Detroit. Cuenta con la ventaja de que la cúpula europea de la marca está basada en Alemania, por lo que las relaciones son más fluidas al evitarse la presencia de intermediarios. Es allí donde Saarlouis planta sus argumentos, en lugar de a los directivos locales.
Además, la fábrica tiene claro de que una decisión así también es política. Por ello, a finales de diciembre el cónsul general de Estados Unidos en Alemania, Norman Thatcher Scharpf, visitó el centro de Saarlouis y se reunión con la IHK, la cámara de comercio de la región. Días después, la institución pidió ventajas fiscales para favorecer la inversión americana en la instalación.