Ford presiona a la fábrica de Valencia: si quiere sobrevivir, que renuncie a la subida de salarios
La dirección pretende desvincular los sueldos de la inflación, algo que estaba recogido en el convenio colectivo. Los empleados perderían alrededor del 6% de poder adquisitivo
El fantasma del cierre vuelve a amenazar a la industria del automóvil en España. Si 2021 estuvo marcado por la planta de Nissan en Barcelona, 2022 apunta a que será el año del culebrón Ford Almussafes. La fábrica valenciana se disputa su continuidad con la que la marca tiene en Saarlouis (Alemania) y ya negocio con los sindicatos de ambos centros para ver quien le ofrece las mejores condiciones. En España de momento no planteó rebajas salariales, pero como primera medida de presión ya advirtió a la plantilla de que se olvide de la subida salarial prevista en el convenio colectivo.
Con la producción en mínimos de la década y sin aparentes proyectos para los fondos europeos Next Generation EU, el futuro de la compañía en Valencia genera incertidumbre en el sector. La dirección local lo sabe y por ello hace meses que pide a la plantilla “recortes salariales” para optar a nuevos modelos; una estrategia que también plantean en otras instalaciones del continente mientras la organización reestructura su presencia en el territorio.
Este martes está previsto que la dirección local y el comité de empresa se vean las caras para comenzar unas negociaciones que deben llegar a buen puerto antes del mes de febrero si Almussafes quiere optar a algún modelo eléctrico de cara al futuro. La única opción para mantener abiertas sus puertas después de que Ford redibujase su estrategia en el Viejo Continente: solo ensamblará eléctricos.
Según explican fuentes conocedoras a Economía Digital, el fabricante ya dio algunas pistas de sus exigencias. Para empezar, adiós a la subida salarial prevista en el convenio colectivo. El texto contemplaba un incremento equivalente al IPC real +0,5 puntos con carácter retroactivo a enero de 2021. Con la inflación existente, el aumento rondaría el 7% además de una paga que rondaría los 2.000 euros para un sueldo de 30.000 euros.
Cuando se firmó el texto, Ford no esperaba una inflación tan alta, lo que le implicaría una subida de los costes por encima de lo que pretendía. «No es una rebaja de sueldo, pero tal y como están subiendo los precios es como si lo fuera», explican fuentes sindicales.
Más allá de congelar las nóminas, la dirección local también propuso un recorte de hasta cinco días de vacaciones para ganar competitividad frente a los trabajadores de Saarlouis.
A los problemas de Ford se suma la crisis de los semiconductores en la industria
Este martes se presenta como un día decisivo para conocer los detalles de una rebaja de condiciones que está sobre la mesa desde el mes de octubre. Allí compañía y sindicatos tratan el futuro de la fábrica mientras Ford rediseña el negocio en Europa: menos volumen de producción a cambio de centrarse en los vehículos híbridos y eléctricos.
A los problemas estructurales de Ford en España se une la falta de semiconductores, que golpea a la totalidad de la industria. Así todas las partes coinciden en que la situación es “crítica” ahora mismo: no hay previsión de que aterricen nuevos productos a la fábrica y el volumen de coches sacados a la carretera será el menor desde el año 2012.
Saarlouis produce el Ford Focus
Por dinero no es. La firma estadounidense anunció también la pasada semana una inversión de 230 millones de libras (273 millones de euros, al cambio actual) en la fábrica de Halewood, en el Reino Unido. Servirán para transformarla y construir nuevos componentes para los automóviles eléctricos, tanto comerciales y de pasajeros, de Europa.
No obstante, otra planta del grupo atraviesa un momento similar a la valenciana. En la fábrica de Saarlouis, en Alemania, la dirección también pidió recortes salariales para garantizar el futuro del centro. Y el poderoso sindicato IG Metal parece estar por la labor de concederlos.
En Alemania la plantilla ya amenaza con huelgas ante el fantasma del cierre de Saarlouis
Con una plantilla de 5.000 personas, Saarlouis produce el Ford Focus. A la espera de conocer si recibe nuevos modelos, la dirección continental de Ford advirtió que hasta la próxima primavera no tomará una decisión sobre la supervivencia de la planta. Está a la espera de ver que sucede en Almussafes, la fábrica con la que se disputa la adjudicación de un vehículo totalmente eléctrico que garantizaría la vida de la infraestructura durante una década.
Según Handelsblatt, la planta valenciana parte con ventaja sobre la de Saarlouis. Sin embargo, sin un acuerdo para recortar salarios todo puede saltar por los aires. En principio, el cierre de plantas no llegaría hasta 2025 aproximadamente. Pero en Alemania, la plantilla ya comenzó a presionar a la dirección con la amenaza de huelga. En España en cambio el discurso de los sindicatos fue pedir “calma”.