Ficosa plantea un ERE por la retirada de pedidos de Nissan y PSA
La compañía catalana comunica a la plantilla que después de la Semana Santa se estudiarán despidos por el descenso de la actividad en la fábrica de Viladecavalls (Barcelona)
La caída del negocio de Ficosa amenaza a la plantilla de la fábrica de Viladecavalls (Barcelona). El proveedor de la industria del automóvil retiró en los últimos meses varios productos del centro catalán y sufrió al ver a firmas como Nissan y Stellantis recortar sus pedidos. Ante ambos factores, la empresa plantea presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) una vez pase la Semana Santa.
Fuentes sindicales explican a Economía Digital que la compañía controlada por Panasonic ya les comunicó su intención de iniciar un procedimiento de despidos colectivo. Todavía no les informó el número de empleados a los que afectará el plan, pero esperan los detalles a comienzos del mes de abril.
Contactado por este medio, un portavoz de la empresa confirmó las intenciones. «En la filial Fico Transpar se baraja la posibilidad de presentar un ERE después de Semana Santa», señaló. Al preguntar por la afectación, la respuesta fue que el volumen «todavía no está confirmado».
Ya en los últimos meses, la compañía que dirige Xavier Pujol trató de enviar a personal empleado en la división de automoción tradicional a otros departamentos. «La cifra de negocios descendió de 77 millones en 2016 a 24 millones en 2020 […] en 2021 se prevé que se contraiga más la carga de trabajo por lo que será necesario ajustar la plantilla acorde con la reducción de negocio», admitía la empresa en una carta enviada a algunos trabajadores.
La firma trató de redistribuir sus recursos. No logró el resultado esperado. Tras incentivar durante semanas las bajas voluntarias, la misma nota advertía: «En caso de que las medidas no tengan los resultados previstos de reducción de plantilla y optimización de la misma, la empresa deberá llevar a cabo un proceso de reestructuración».
¿Crisis en la automoción o deslocalizaciones?
Las cartas enviadas a la plantilla ya le valieron una denuncia del Comité de Empresa. Los representantes de los trabajadores alertaron de que Ficosa se saltaba los derechos sindicales al negociar –o coaccionar, según ellos– individualmente con cada asalariado un cambio de condiciones que afectaba a buena parte del colectivo.
En su argumentario, la empresa de componentes aseguró en la misma carta que entre finales de 2020 y este marzo, Stellantis –la antigua PSA— y Nissan retiraron varios pedidos que daban trabajo a la planta de Viladecavalls. Además, la crisis de los microchips hizo que Ford y la propia Stellantis redujeran la demanda de otras piezas para no generar un cuello de botella en sus instalaciones.
La versión de los sindicatos es muy diferente. Un miembro del Comité de Empresa manifestó que, a lo largo de los últimos años, Ficosa trasladó producción de Cataluña a otros centros de trabajo: «Se llevaron tres líneas de montaje de cambios de marcha a Polonia, el nuevo depósito del P33 de Nissan lo han mandado a Soria y las pletinas de Stellantis a Portugal«. Y añade: «Mercados como Turquía y Marruecos también han obtenido piezas que antes hacíamos nosotros».
La polémica de Ficosa: ocho empresas bajo el mismo techo
Con casi 1.400 trabajadores, la fábrica de Viladecavalls vive en una anormalidad constante al convivir bajo el mismo techo empleados de ocho sociedades diferentes. Todas están agrupadas bajo el paraguas de Ficosa, pero el personal de cada filial cuenta con unas condiciones laborales distintas. El entramado lo forman Fico Triad, Fico Mirrors, Advanced Automotive Antennas, Ficosa Adas, Fico Transpar, Fico Cables, Ficosa Internacional y Ficosa Electronics.
La razón de esta amalgama empresarial es que cada una de estas compañías fue creada en un momento distinto o añadida al conglomerado tras una adquisición. Así, fue cuando todos los servicios se agruparon en la fábrica barcelonesa que los enfrentamientos se dispararon.
El comité de empresa denunció en varias ocasiones que la organización se aprovechaba del esquema para poner trabajadores de una de las firmas a hacer funciones de la plantilla de las otras. Además, remarcaron su debilidad negociadora el no estar unidos bajo una misma empresa.
Sin embargo, la empresa siempre defendió que para su funcionamiento también sería mucho mejor simplificar el esquema societario. La dirección denuncia que son los propios empleados de las filiales con mejores condiciones los que frenan la unión al no querer “renunciar” a sus privilegios.