Fiat aviva los rescoldos de la fusión con Renault
El fabricante italoestadounidense asegura que todavía está interesado en escuchar a su homólogo francés: “las sinergias todavía están presentes”
Pudo haber sido la fusión empresarial de la temporada, pero terminó por quedar en nada. Durante la pasada primavera, Fiat Chrysler Automobile (FCA) abordó sin éxito una integración con Renault con tal de crear “un campeón europeo” en el sector de la automoción. El complicado equilibrio de poderes del grupo francés frustró la operación, pero su homólogo italiano trata de revivirla ahora.
En declaraciones a Financial Times, el consejero delegado de FCA, Mike Manley, explicó que se mantenía “interesado en escuchar” a Renault por las “sinergias significativas” que ofrece la posible unión. Para comenzar, un ahorro de 5.000 millones de euros en un grupo que hubiera pasado a valer 33.000 millones de euros.
“La lógica industrial que estaba antes todavía está presente”, añadió Manley. Y lanzó un mensaje: “Si las circunstancias cambian, entonces tal vez nuestros caminos se unan y la operación se pueda dar”.
El complicado equilibrio de poderes existente en el fabricante francés dificultó el abordaje de FCA. Los distintos tempos e intereses de sus accionistas privados y el Gobierno francés frustraron la unión con FCA al declinar la oferta presentada por parte de la compañía italiana. El Ejecutivo pidió más tiempo, algo que la firma transalpina le negó.
«No se daban las condiciones políticas necesarias», lamentaron desde FCA cuando cayó la operación
“Actualmente no se dan las condiciones políticas necesarias”, lamentó la automovilística italiana. El Ejecutivo galo, propietario del 15% de Renault, que lidera Emmanuel Macron aseguró que al ser una operación a gran escala no debía afrontarse con prisas. “El ministerio de Economía toma nota de la retirada de la oferta y destaca que Renault tiene todo lo necesario para afrontar los nuevos desafíos de la industria del automóvil, particularmente en el área del coche eléctrico y la reducción de emisiones”, dijo el Gobierno en un comunicado.
El Estado francés iba a contar con una participación del 7,5% del nuevo conglomerado pero exigió una serie de garantías sobre los puestos de trabajo, la ubicación de la sede en París y los riesgos de perder el control de la compañía o el estado de la alianza con Nissan.
“Es difícil entender por qué Fiat Chrysler Automobile (FCA) se ha retirado tan rápido, no había razón para hacerlo”, añadió el Ejecutivo. “La firma ejerció una presión tremenda y trató de presionarnos para que tomáramos la fusión o nos fuéramos; lo que hemos hecho ha sido tomarnos el tiempo necesario para trabajar”, señalaron las fuentes del Gobierno a Les Échos.
FCA – Renault: el tercer grupo de automoción del mundo
Con el anuncio de la oferta de fusión, FCA presumía de la creación del tercer mayor grupo de automoción del planeta –sin incluir los vehículos elaborados por Nissan ni Mitsubishi– con 8,7 millones de unidades lanzadas al mercado. Además, con públicos complementarios: desde el lujo de Maserati y Alfa Romeo hasta los coches de bajo coste de Dacia pasando por la gama media de Renault, Fiat y Jeep. Por territorios, la presencia de Chrysler en Estados Unidos sería un fuerte complemento a los mercados tradicionales de la firma gala.
Las sinergias de la fusión hubieran ahorrado 5.000 millones al año, según los cálculos de la marca, principalmente con la consolidación de plataformas y las inversiones en electrificación. «El 90% del ahorro procedería de las compras, los planes de I+D y las eficiencias de fabricación», detallaba el comunicado. Los recortes eso sí, no pasaban por la eliminación de fábricas, garantizaban.