Fainé homenajea a sus colaboradores en la entrega de premios del IEF
El presidente de La Caixa zanja la discusión subyacente en la ceremonia de los 'Premios 2011 a la Excelencia Financiera': lo más importante en las empresas son sus empleados
El barcelonés Institut d’Estudis Financers (IEF) entregó en la noche del lunes sus cuartos premios a la excelencia financiera. Esta edición contó con el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, como estrella invitada, aunque el propietario de Grifols, Víctor Grífols, eclipsó su protagonismo por unos instantes contando la anécdota de “los vampiros de Sarrià”.
Los dos dirigentes, junto al académico Jordi Galí y a los representantes de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) fueron premiados por su trayectoria profesional, marcada por “la transparencia y la integridad financiera”. Unos valores que el director del IEF, Josep Soler, reivindicó en el inicio de la entrega de los Premios 2011 a la Excelencia Financiera.
La ceremonia fue larga. El acto duró casi cuatro horas y hasta que Fainé subió al escenario pasaron prácticamente dos. En ese tiempo, los integrantes de la cúspide económica de Barcelona pudieron debatir ampliamente sobre qué piezas son clave para una empresa. Empleados, clientes o accionistas. Fue una charla entre comensales sentados alrededor de mesas redondas. El presidente de Abertis, Salvador Alemany, se contó entre ellos. El consejero de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, les observaba desde la mesa de presidencia.
Fainé recuerda a sus padres
Fainé vio la oportunidad de redondear su discurso de agradecimiento gracias a esta conversación espontánea y susurrada. Ni accionistas ni clientes: “lo más importante para una empresa son sus empleados”, zanjó el presidente de La Caixa. Por eso “comparto el premio con todos los equipos que han colaborado conmigo en las 17 empresas en las que he trabajado”. En este acto, el IEF reconoció al completo su carrera. “Todo lo bueno de mí se lo debo a mis padres. Yo me he encargado de añadir lo malo”, explicó el banquero.
Con estas palabras, el también presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) recuperó el protagonismo que por un momento le restó un peso pesado del empresariado catalán. Víctor Grifols, presidente de los laboratorios que llevan su apellido, tuvo un arrebato de sinceridad que sorprendió a la sala. Un jurado compuesto por los principales periodistas económicos de Barcelona (entre ellos el editor de Economía Digital, Juan García) premió la política de comunicación de su empresa durante el proceso de compra de Talecris, su rival estadounidense.
‘Los dráculas de la Bonanova’
“Me sorprende que unos periodistas me den un premio”. Echó mano de sus raíces para explicar los problemas de comunicación que ha padecido Grifols desde que se fundó. «Cuándo mi tío desarrolló la técnica para fabricar el plasma, los cronistas de la época escribieron: ‘llegan los vampiros de Sarrià’ y ‘los dráculas de la Bonanova’. Mi abuelo pidió derecho de rectificación, pero fue peor”, explicó espontáneamente el heredero de la estirpe empresarial.
Pero abandonando el terreno de la anécdota, Grífols se dirigió a Jordi Galí –premiado por sus estudios macroeconómicos– para que los economistas “nos saquen de ésta”. “Porque lo que me da pánico es que o no haya final (de la crisis) o que sea devastador”, concluyó .
Dos décadas después
El IEF entregó sus cuartos premios en plena celebración de su vigésimo aniversario. Durante su trayectoria ha formado a 90.000 profesionales de diversos sectores. Además de participar en varios proyectos internacionales, la entidad catalana ha ocupado durante tres años la presidencia de la Asociación Europea de Institutos Bancarios (EBTN, por sus siglas en inglés).