EY duda que Volotea pueda hacer frente a todas sus deudas pese al rescate de 200 M
La auditora ya se mostró indecisa el año pasado sobre la capacidad de Volotea para continuar como empresa en funcionamiento
El auditor de Volotea, EY, vuelve a llamar la atención de la aerolínea. En 2020 lo hizo porque cerró el ejercicio con pérdidas superiores a 120 millones y un patrimonio negativo de entorno a 70 millones, lo que a priori supondría la disolución de la empresa. Las excepciones Covid le han permitido seguir adelante, pero la auditora expresó que había incertidumbre sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento.
La compañía ha vuelto a reportar pérdidas en 2021, esta vez de 75 millones, mientras que ha seguido endeudándose, por ejemplo, con el Gobierno, de quien ha recibido un préstamo de 200 millones. Por ello, EY duda que pueda hacer frente a todas sus obligaciones, tal y como expresa en las cuentas presentadas ante el registro mercantil esta semana.
En el ‘párrafo de énfasis’, llama la atención sobre el rescate de 200 millones de euros aprobado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en junio. Y el otro préstamo participativo, el de 10 millones de euros, aportado por los socios con el objetivo de restablecer el Patrimonio Neto de la Sociedad.
“Nuestra opinión no ha sido modificada en relación con esta cuestión” destacan. Y es que en las cuentas de un año atrás, ya se mostraron bastante contundentes con la situación que atraviesa la compañía. “En el caso de que se produzca un escenario más severo de los ya considerados, el grupo requerirá obtener financiación adicional”, como finalmente ha ocurrido.
En ese momento, Volotea ya había recibido un crédito de 144 millones avalado por el ICO y otros dos préstamos por importes de 4 millones y 500.000 euros respectivamente, de dos entidades bancarias. También, el Institut Catalá de Finances (ICF) había concedido a la sociedad un préstamo de 2,5 millones de euros.
Entonces, EY concluyó que existía “incertidumbre material” que podía generar dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento. Como consecuencia del resultado negativo obtenido en 2020, el grupo obtuvo un patrimonio negativo superior a 70 millones que, según la Ley de Sociedades, obligaría a Volotea a disolverse.
Sin embargo, en el marco de las leyes promulgadas para hacer frente a la crisis provocada por el Covid-19, se determinó que Ley de Sociedades no se tomaría en consideración y, por lo tanto, el desequilibrio patrimonial no tuvo efectos de disolución.
En las cuentas de 2021, el auditor vuelve a dudar de la compañía. Pero Volotea se defiende en su informe financiero, asegurando que podrá hacer frente a todas sus obligaciones porque las fuentes de financiación adicionales que ha recibido, sumado a la evolución de la actividad (que ya se sitúa en niveles similares e incluso superiores a los de 2019) y las medidas puestas en marcha desde 2020 para reducir costes, le permitirán hacerlo.
En concreto, la aerolínea fundada por Carlos Muñoz y Lázaro Ros, justifica que se está viendo beneficiada por el incremento del tráfico aéreo durante la segunda mitad del ejercicio 2022, especialmente durante los meses de verano, y también, por los ahorros alcanzados tras poner en marcha medidas de eficiencia en 2020 y 2021, con cambios organizativos internos y mejoras contractuales con los proveedores, además de la restructuración de su flota.
Volotea, beneficiada por la fusión de Iberia y Air Europa
Asimismo, Volotea recuerda que sigue pendiente de que se cierre la fusión de Iberia y Air Europa, porque se disparará su volumen de negocio. En este sentido, la aerolínea con sede en Asturias destaca que seguirá desarrollando su oferta comercial en los países en los que opera, incorporando aviones adicionales a su flota, abriendo nuevas bases, añadiendo nuevas rutas y ofreciendo nuevas propuestas de valor para sus pasajeros.
Y aquí será clave el principio de acuerdo alcanzado con IAG, la matriz de Iberia, por el que Iberia cederá varias rutas y slots en aeropuertos españoles para facilitar la aprobación por parte de la Comisión Europea (CE) de su adquisición de Air Europa. El acuerdo permitirá a Volotea aumentar de forma notable la presencia en el mercado español con la apertura de entre dos y cuatro nuevas bases.
Iberia y Air Europa suscribieron en noviembre de 2019 un acuerdo para su integración, si bien ambas aerolíneas desistieron de la operación en diciembre de 2021. No obstante, en marzo de 2022, Iberia y Air Europa alcanzaron un nuevo acuerdo para seguir analizando posibles fórmulas para su integración. De hecho, la primera ya se ha hecho con un 20% de la segunda.
De materializarse la integración entre Iberia y Air Europa, “Volotea podría jugar un papel muy relevante como principal alternativa”, operando las rutas que pudieran presentar un problema de competencia.
Sobre este asunto, Volotea ya adelantó en las cuentas de 2021 que, esperan incrementar la cifra de negocios un 20% en 2024 respecto a 2023 y casi un 15% en 2025 respecto el 2024. Pero estas cifras se incrementarán aún más si finalmente se cierra la fusión de Iberia y Air Europa, entonces la cifra de negocio del grupo será entre un 35% y un 27% superior a las proyectadas.
Asimismo, las previsiones de la compañía para este año 2022 corresponden a una facturación de 550 millones de euros tras poner a la venta una oferta histórica de 10,5 millones de asientos.