Esquizofrenia hotelera en EspaƱa
Mientras Amancio Ortega y los grandes bancos abandonan el sector, Villar Mir y los inversores asiƔticos echan mano de la chequera para acometer grandes inversiones
Mientras unos andan de retirada del negocio hotelero en España, es el caso de los grandes operadores tradicionales, los bancos e inversores relevantes como el fundador de Inditex, Amancio Ortega, otros creen que es el momento más adecuado para entrar, aprovechando los precios asequibles que se están dando, las penurias financieras que atraviesan las cadenas nacionales y un flujo creciente de turistas, especialmente procedente de China y Rusia, demandantes de establecimientos de categoría.
Y, en ambos lados, el empresario Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL y del Grupo Villar Mir. Vendió su participación en el hotel W de Barcelona, por un lado, y promueve la entrada en Madrid del que será primer establecimiento de la cadena Four Seasons en el macroproyecto de la manzana de Canalejas, junto a la Puerta del Sol. El empresario madrileño entraría así en España en un segmento en el que, en el exterior, ya cuenta con un complejo en la Riviera Maya mexicana y otro que tiene previsto promover en la República Dominicana.
Hotel W
Aunque a principios de año, las perspectivas de inversión no presagiaban un panorama muy halagüeño, con España en el punto de mira de mira por el riesgo de su deuda soberana, el paso de los meses ha dejado atrás el retraimiento y el capital, sobre todo extranjero, ha empezado a llegar, y el hotelero está siendo uno de los objetivos.
Serán cerca de 700 millones de euros los que se inviertan en 2013, un 30% más que el año pasado. La compra del hotel W por parte del fondo Diar de Qatar dio origen a la sucesión de una imparable catarata de operaciones de mayor o menor calado.
La operación
Los 200 millones que por el hotel W se repartieron a partes iguales, además de OHL, las también constructoras FCC y Comsa Emte y los Godia, la familia catalana que gestiona la herencia recibida del empresario y piloto de Fórmula 1 Francisco Godia, se han quedado cortos ante los cerca de 250 millones pagados por la gestora de fondos Emin Capital, dirigida por Jordi Badia, a Aguas de Barcelona por la torre Agbar. La cadena Hyatt piensa reconvertir el inmueble de oficinas en un establecimiento de gran lujo con un presupuesto que se puede ir a los 50 millones de euros.
Entre los inversores hay de todo. Además de fondos soberanos u oportunistas, están mirando oportunidades de negocio inversores de medio mundo. Los chinos de HNA han arribado a lo grande. Acumulan ya la cuarta parte del capital social de NH Hoteles y en breve podrían ampliar su participación si cuajan las conversaciones que mantiene con BFA-Bankia para vender el 12,6% que mantiene en la cadena española. También los portugueses de Pestana acaban de adquirir en Barcelona el Vincci Arena por 15 millones de euros.
Nuevos actores
Entre los españoles, un nuevo actor ha aparecido en escena. El empresario Félix Revuelta, creador de la franquicia Naturhouse, diversifica la actividad de Kiluva, su grupo empresarial, con la entrada en el negocio hotelero mediante la compra de Las Dunas, un ‘cinco estrellas gran lujo’ de Estepona (Málaga). Uno de los numerosos establecimientos de la Costa del Sol que han acabado siendo vendidos a un precio irrisorio ante las dificultades financieros de sus promotores, en muchos casos empresarios inmobiliarios.
Y mientras unos entran, otros salen. Meliá acaba de cortar el grifo de la inversión de nuevos proyectos en España para relanzar su posición en los mercados internacionales, y empresarios como Amancio Ortega han decidido que el hotelero no es una inversión por la que sientan especial devoción.
El fundador de Inditex acaba de vender por unos 52 millones su participación en NH Hoteles y, junto a BBVA, su socio en Occidental Hoteles, han puesto en el mercado la cadena por la que en 2007 pagaron 700 millones de euros a Mercapital y a La Caixa, y en la que estos seis años se han visto obligados a aportar cien millones más para recomponer el balance financiero ante las pérdidas registradas. Ni el hotel Miguel Ángel ni los establecimientos en el Caribe han dado los resultados esperados. Ahora, de lo que se trata es de salir de este negocio con las menores pérdidas posibles.