EspaƱa, incapaz de aprovechar el regreso del textil deslocalizado
La destrucciĆ³n de talleres de confecciĆ³n impide que la industria actual pueda asumir la producciĆ³n
La producción textil de China ya no es la de antaño. El aumento de los costes de producción ha hecho que las grandes empresas apuesten por volver al mercado de proximidad. Sin embargo, España lo tiene difícil para reabsorber toda la producción perdida. La destrucción de talleres de confección fraguada durante el boom de la deslocalización es un handicap demasiado fuerte.
Los datos de la Federación Española de Empresas de la Confección (Fedecon) dicen que durante 2012, un 15% del textil deslocalizado volvió a la Península. A España, y especialmente a Portugal, donde la producción de las prendas sigue siendo más barata.
Reindustrialización
Sin embargo, Ángel Asensio, presidente de Fedecon, indica que es necesaria una nueva reindustrialización del sector para captar toda la producción que ahora huye de China.
“En España se han desmantelado muchísimos talleres, por poner un ejemplo, había una gran producción en Castilla que ahora ya no existe. Por eso no hay capacidad de respuesta mientras que otras zonas, también cercanas, como Marruecos Portugal o Túnez, sí se están aprovechando de la crisis de los talleres chinos. Es necesario apostar por la reindustrialización”, reitera.
Continúan los cierres de talleres
La misma opinión es compartida por muchos sindicatos con representación en el sector textil. “China está mal. Su precio de producción ha subido y ya no es tan rentable para tiradas de ropa reducidas o colecciones. Sin embargo, todos los días se sigue destruyendo empleo en los talleres textiles españoles”, explica Manuel Lores, de CCOO en Ourense. “Los expedientes de regulación están a la orden del día. La mayoría de los talleres de confección trabajan ahora para empresas pequeñas que solo operan en España, y éstas son las que están directamente tocadas por la crisis”, dice.
“La solución vendrá cuando alguna de las grandes potencias textiles de España, como Inditex, Mango o Cortefiel se decidan y traigan definitivamente la producción de nuevo”, comenta.
La esperanza de Inditex
La idea no es descabellada puesto que no es la primera vez que se habla de la intención del gigante textil fundado por Amancio Ortega de repartir parte de la producción a España. La ecuación es sencilla. Si la empresa incrementa su índice de proximidad, reducirá los costes de distribución.
La situación es delicada. El textil español perdió unos 35.000 empleos entre 2008 y 2011, pasando de 185.000 a 150.000 trabajadores. Pero la crisis del sector manufacturero ya se instaló mucho antes, debido precisamente a que la producción de deslocalizó hacia China e India. Se estima que en 1995, en España, trabajaban en el sector unos 278.000 personas.