El rey del jamón dispara sus beneficios en plena parálisis expansionista

​Enrique Tomás dobló sus ganancias en 2016, cuando echó el freno a la política de aperturas iniciada durante los años de la crisis

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El rey catalán del jamón sigue saboreando buenos resultados. Enrique Tomás cosechó 630.000 euros de beneficio el pasado año, doblando casi los números negros de 2015 (372.183 euros). El resultado llega después de desacelerar en la apertura de tiendas impulsada durante los años de la crisis. Ahora, tras haber concentrado el esfuerzo en los cimientos de la firma, los tenderos esperan que los próximos ejercicios reflejen un resultado todavía más positivo. 

Por su parte, el importe neto de la cifra de negocio se incrementó el 6,2%, pasando a facturar 16.007.144 euros gracias a las tiendas tradicionales. “En líneas generales están funcionando muy bien”, explican fuentes de la empresa que tampoco se muestran excesivamente triunfalistas respecto a estas cifras.

La empresa no celebra los resultados con excesivo triunfalismo

“Centramos el ejercicio en el apoyo a la estructura de la sociedad, como el almacén o la logística”, puntos clave que ayudarán en los próximos años, siguiendo la versión de la empresa jamonera, a “crecer más y de manera más rápida». Para entonces, preparan nuevas aperturas, aunque no se atreven a dar cifras. «Abriremos aquellas que nos den seguridad de poder operarlas bien y nos garanticen volumen de ventas», se limitan a comentar. Y añaden: «en 2017 estamos creciendo mucho más en volumen que en numero de tiendas». 

Pocas aperturas, mejor producto

El giro se refleja en el saldo de aperturas y cierres. Como nuevos puntos en 2016 destacan Barcelona (CC Maremágnum y Pza. Sant Gregori Taumaturg), TerrassaSitges y las primeras tiendas de Valencia, Girona y Tarragona. Pero la apuesta más exitosa fue el espacio de restauración de la terminal T4 del aeropuerto Adolfo Suárez – Madrid Barajas, inaugurada a finales de año. “El concepto es diferente al de las tiendas de ciudad, ya que el cliente que frecuenta un aeropuerto no es el mismo”, afirman.

El punto de venta de la T4 ha sido el gran éxito de 2016

La T4 ha sido un laboratorio de pruebas a dos niveles: encontrar una fórmula para repetirla en otros aeropuertos, como el de Las Palmas o el de Bilbao, y testear productos y extenderlos al resto de establecimientos (córners, tiendas y quioscos). El último ejemplo son las virutas de ibéricos, disponibles en cualquier punto de venta desde la semana pasada.

La política «internacional» de expansión siguió el mismo cauce. El pasado año, Enrique Tomás SL contaba sólo con tiendas en Londres: una en el Soho (2014), otra en Neal St (2015) y otra en el CC Westfield (2016). En tanto, para las próximas semanas se abrirá la quinta tienda en México, mientras que durante el resto del año se abrirá la primera franquicia en Roma; la primera tienda en Francia, en el CC Val d’Europe de París, y la cuarta y quinta en Camden (Londres).

Por contra, solo bajaron la persiana un par de puntos de venta en Madrid, si bien lo decidió la empresa de manera unilateral tras observar una mala praxis de los franquiciados que podría haber acarreado «consecuencias negativas para la marca”.

Empresa familiar

Enrique Tomás comenzó su aventura en una parada de jamones en el mercado de la Salut de Badalona. Treinta años después, junto a Xavi Bru, su mano derecha, dirigen las áreas de estrategia comercial y marketing, respectivamente.

Pero el día a día de la empresa también está marcado por las decisiones de sus dos hijos, Albert y Núria. El mayor pilota el área de operaciones junto a Carlos Da Silva, director del área. Núria, en cambio, desarrolla las líneas de negocio del producto en el mercado de Madrid, el segundo más grande después de Cataluña

Cristian Reche

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