Endesa prevé ganar un 9% menos hasta 2025 por el impuesto a las energéticas
La compañía cifra el impacto del nuevo impuesto a las energéticas en España en unos 300 millones en los dos próximos años
Endesa prevé tener un beneficio ordinario neto de entre 2.000 y 2.100 millones de euros en 2025, un 9% menos del previsto para 2022, dado que se verá afectado, entre otras cuestiones, por el nuevo impuesto a las energéticas en 2023 y 2024.
Las mayores amortizaciones previstas, derivadas del esfuerzo inversor en renovables y redes, así como el aumento de la carga financiera neta por el alza de tipos de interés (pese a la reducción del volumen de deuda total), son también otras cuestiones que explican el descenso del resultado ordinario neto.
No obstante, la participada en un 70% por el grupo italiano Enel y que ha publicado este miércoles la revisión de su plan estratégico para el periodo 2023-2025, mantiene su intención de que el dividendo ordinario que reparta en los ejercicios 2023, 2024 y 2025 sea igual al 70% del beneficio ordinario neto.
La deuda bruta descenderá hasta una horquilla de 12.700-13.200 millones en 2025, desde el cierre estimado de 2022 en 18.300-18.800 millones. La deuda neta crecerá hasta el entorno de 11.600-12.100 millones, igualmente por ese esfuerzo inversor y por el impacto del nuevo impuesto a las energéticas en España, que supondrá unos 300 millones para Endesa en los próximos dos años.
8.600 millones: renovables y red de distribución
La energética prevé invertir 8.600 millones de euros entre 2023-2025, de los que 4.300 millones corresponderán a renovables y 2.600 millones a redes.
La inversión prevista para el desarrollo de potencia renovable se incrementa un 39% y permitirá sumar 4.400 megavatios (MW) de potencia solar (3.000 MW) y eólica (1.400MW) para alcanzar un volumen de potencia sin emisiones de 13.900 MW en 2025. Con ello, el 91% de la producción eléctrica en la Península Ibérica será libre de emisiones, desde el 72% previsto a cierre del presente año.
Este crecimiento en renovables se sustenta en una cartera de proyectos con unos 85 gigavatios (GW), de los que 14 GW están en un estado de tramitación administrativa madura y algo más de 1.000MW están ya en ejecución. El 58% de la cartera es solar, el 16% eólica y otro 20% corresponde a proyectos de almacenamiento con baterías.
El plan 2023-2025 incluye 200MW de este tipo de almacenamiento, tecnología que se incorpora como novedad respecto al plan anterior, asociada a los dos grandes proyectos de transición ganados este año en Pego (Portugal) y Andorra (Aragón).
Este creciente esfuerzo en la creación de un mix energético limpio es la palanca sobre la que Endesa se apoyará para, junto a una inversión prevista de 900 millones hasta 2025 destinada a los clientes, poder ofrecer precios asequibles y servicios de valor. La cartera de contratos en el mercado libre se incrementará en un 6%, hasta los 7,3 millones a cierre del periodo, lo que ayudará a que el volumen total de ventas liberalizadas de electricidad a precio fijo crezca un 2%, hasta 51 terawatios hora (TWh).
Por su parte, el volumen de puntos de recarga públicos y privados se multiplicará por cinco respecto del cierre de 2022, hasta 66.000.
Red de distribución
El otro gran capítulo de inversiones del nuevo plan, junto a las renovables, es el de las destinadas a la red de distribución. Se sitúan en 2.600 millones, ligeramente por debajo del periodo 2022-2024, para adaptarse a un contexto de mayor incertidumbre regulatoria.
Ese volumen inversor se distribuye en tres ejes: la digitalización, que supone el 42%; la adaptación de la red a las nuevas necesidades de los clientes, como el autoconsumo o la generación distribuida, que absorbe otro 34%; y otro 24% para reforzar la calidad y resiliencia.