Endesa pone en marcha la central más contaminante de España en plena escalada del precio de la luz
La compañía eléctrica inicia el “arranque excepcional” de la central térmica gallega de As Pontes con 140 trabajadores ante la llegada del frío
Endesa ha iniciado este martes el «arranque excepcional» de la térmica As Pontes, la central eléctrica más contaminante de España, en plena crisis energética y con el precio de la luz de nuevo en pleno ascenso, por encima de los 200 euros el MW/h.
La compañía eléctrica, por tanto, ha puesto en marcha la actividad de su planta coruñesa con 140 trabajadores, ante el incremento de demanda energética con la llegada del frío. El objetivo, según la filial de Enel, es salvaguardar el suministro eléctrico en un invierno que se prevé especialmente gélido y con las turbulencias que rodean el precio del gas en toda Europa.
Sin embargo, el director de Endesa, Ignacio Sainz ha recalcado que este hecho «no cambia el compromiso con el cierre» de sus centrales de carbón, en línea con el mandato de descarbonización de la economía para reducir las emisiones de CO2, un plan que está enmarcado dentro de los objetivos de la empresa.
Sainz también ha justificado la reactivación de la central debido a la “falta de competitividad del centro en los últimos años”, de manera que pese a disponer de 1.400 megavatios de potencia total, siendo la mayor de las térmicas españolas, “únicamente dos” de sus grupos “serían capaces de cumplir los límites de emisión actuales”.
Solicitud de cierre
Por su parte, la Xunta, ante la noticia de reactivación de la central, ha criticado al Gobierno de Pedro Sánchez su premura por cerrar las térmicas. El vicepresidente económico gallego, Francisco Conde, ha reprochado que la clausura de las centrales de carbón se hizo “de forma precipitada”.
El proceso de solicitud de cierre de la central térmica de As Pontes comenzó hace dos años y, actualmente, permanece a la espera de la confirmación de la Administración, pendiente de trámites ambientales. A finales de 2019, Endesa anunció su intención de cerrar la térmica de As Pontes debido al encarecimiento de los derechos de emisión de CO2 y a los procesos de descarbonización.
En ese momento, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, manifestó que España no podía permitirse “el lujo de que el mayor generador y la mayor batería de energía que tiene el Estado, la central de As Pontes, se apague, porque estaría en discusión incluso la suficiencia y la seguridad energética”, sentenció. Esas declaraciones cobran en este momento cierto eco.
El precedente de Carboneras
La reactivación de As Pontes, a pesar de todo, no es algo extraño. El precedente más inmediato está en Carboneras, en Almería. Allí Endesa tiene la térmica de Litoral, cuyo cierre anunció de forma conjunta con el de Ferrolterra. A principios de año, y tal como recogió Economía Digital Galicia, un informe de Competencia instaba al Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera a mantener parcialmente operativa la planta andaluza a fin de garantizar el suministro energético.
Los de Cani Fernández proponían al Gobierno que la planta conservase actividad en uno de sus grupos de generación, con el objetivo de garantizar el suministro en una zona con un gran despliegue de energía verde, algo que, según el informe, podría generar inestabilidades sobre el control de la red.
El ministerio de Teresa Ribera dio su autorización del cierre solicitado por Endesa de los dos grupos de la central de carbón de Litoral. No obstante, puso condiciones al cierre de uno de ellos hasta que haya herramientas para controlar la potencia entre Granada y Almería y evitar limitaciones a la nueva generación renovable.
Descarbonización: Portugal deja de quemar carbón
Sin embargo, mientras España enciende su central térmica de As Pontes, Portugal ha comunicado este martes que deja de quemar carbón. Actualmente, en Europa, 21 países ahora libres de carbón o con un plan claro de eliminación del carbón. Portugal, por tanto, se une a países como Reino Unido, Grecia, Hungría y Dinamarca para acelerar la descarbonización.
«La terrible economía del carbón y el deseo público de una acción climática están impulsando una eliminación cada vez más rápida en toda Europa. El desafío ahora es garantizar que las empresas de servicios públicos no cometan el error de reemplazar el carbón con gas fósil o biomasa insostenible», ha declarado la Kathrin Gutmann, directora de la campaña Europe Beyond Coal.