Endesa y Naturgy, las más beneficiadas de los últimos cambios en el impuesto a las energéticas
A la espera de cerrar por completo el impuesto a las energéticas, las empresas se mantienen atentas sobre cómo les afecta
El impuesto que el Gobierno quiere imponer a las grandes empresas energéticas sigue su curso, aunque con más accidentes de lo esperado. Quizá por el temor a que el plan no saliese como estaba previsto, debido a las implicaciones legales -que todavía se esperan, pase lo que pase-, finalmente ha quedado bastante licuado. En este contexto, Endesa y Naturgy son las empresas que han salido mejor paradas con los nuevos cambios.
El primer borrador del impuesto a las energéticas era simple y genérico. Las empresas energéticas que hubiesen ganado -con actividades comerciales- más de 1.000 M€ en ejercicios pasados deberían dejar en las arcas públicas el 1,2% de su facturación producida en España. Siempre que fueran empresas de referencia según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Eso dejaba un ramillete de 9-10, a falta de definir los últimos flecos.
Pero esos flecos han sido algo más, y debido a las negociaciones (presiones) parlamentarias de los grupos regionalistas como PNV y PdeCat, por ahora el impuesto ha perdido gran parte de su fuerza. Como principales cambios, se saca de la facturación los ingresos correspondientes al impuesto sobre hidrocarburos; además, el impuesto no afectará a las empresas en las que el suministro sea a precio reglado (PVPC de electricidad, TUR de gas, GLP envasado y GLP por canalización). También se incluyen en la exoneración los ingresos regulados de las redes de transporte y distribución de electricidad y gas natural.
Ante estos cambios, el impuesto queda descafeinado por completo, algo que desde el Ministerio de Hacienda niegan y, según aseguran a ECONOMÍA DIGITAL, seguirá adelante con estos cambios puesto que no son tan sustanciales. Sin embargo, analizado el detalle, se puede observar la importante cuantía que, en estos momentos, dejaría de estar dentro del gravamen.
Algunas empresas respiran
Bajo las primeras estimaciones, Repsol, Iberdrola, Endesa, Naturgy, Cepsa, BP España, Disa, TotalEnergies y Petronieves son las empresas que se verán afectadas por este impuesto. Pero con las nuevas enmiendas, algunas de ellas sufrirán un menor impacto proporcionalmente según las estimaciones iniciales.
La gasista Naturgy, con un 52% de su negocio eléctrico en el mercado regulado, y un 67% en la TUR regulada, en este caso del gas, es la que ha conseguido sacar la mayor cantidad de ingresos del impuesto. Tras ella, Endesa, que tiene más de un 45% del negocio eléctrico en el PVPC, y un 15% en el negocio regulado del gas, es la otra empresa que puede ver con buenos ojos las nuevas enmiendas.
De igual modo, ambas compañías tienen un importante volumen de ingresos en el negocio de redes de distribución. En el caso de la gasista, con infraestructura en electricidad y gas; y por parte de Endesa, en la distribución de electricidad en un negocio que le deja más de 2.000 M€ en sus arcas.
Por lo que respecta a las petroleras, su impacto está por cuantificar, puesto que ellas no tienen negocio regulado en la luz y el gas, aunque Repsol y Cepsa como máximos vendedores de hidrocarburos en España también reciben de buen agrado las nuevas enmiendas.
El Gobierno, ¿demasiado tranquilo?
Las primeras reacciones a esta situación por parte del Gobierno han sido de relativa calma. La propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, rechazó que las enmiendas al impuesto a las grandes energéticas vayan a ser «sustanciales» sobre su «configuración».
Según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes políticas, esta situación de tranquilidad podría deberse a la leve mejora de la situación del cuadro macroeconómico que fija los PGE y que, por lo tanto, podría impactar de forma positiva en el gasto público. Es decir, que el gasto en pensiones, por ejemplo, sería menor del previsto. Por eso, que la recaudación inicial por el impuesto a las energéticas que sería de 2.000 M€ pueda verse reducida en un 30%-40% no sería tan preocupante en estos momentos.
No obstante, la norma debe pasar todavía por el Senado, y eso implica que todavía podrían llegar nuevos cambios. Aunque todo indica que cuestiones del ámbito regulado, sea en comercialización o redes, se quedarían fuera.