Los empresarios catalanes estallan contra el impuesto a los cruceros: “Conseguirán que no vengan”
Foment y Pimec acusan a la Generalitat de Catalunya y al Ayuntamiento de Barcelona de actuar contra el turismo sin tener en cuenta que aporta el 12% del PIB
Nuevo incendio con los cruceros. Ada Colau puso la mecha al reclamar que se rebaje el número de barcos que atracan o pasan por el puerto de Barcelona y el Govern la encendió al anunciar, este jueves, que tiene intención de impulsar un nuevo impuesto para estas embarcaciones para compensar sus niveles de contaminación.
Los empresarios están hartos de los ataques al turismo y han estallado ante esta propuesta de gravar los cruceros: “Lo único que conseguirán es deslocalizar los cruceros, que no vengan y se vayan a otros puertos con menos tasas”, explicó Guillermo Vallet, presidente de la comisión de turismo de Foment del Treball, a Economía Digital.
Vallet no entiende que se combata este tipo de turismo porque es “ir en contra del sector cuando todos estamos de acuerdo en que queremos visitantes de alto poder adquisitivo, que son los que traen los cruceros”. Cree simplista fijarse solo en lo que contaminan y pide tener estos debate “en profundidad”, teniendo en cuenta que este sector, como todo el turismo, está dando pasos en la transición ecológica pero necesita tiempo.
Pimec, por su parte, “lamenta que se vuelva a castigar a un sector clave y estratégico para la competitividad” de la región. La principal patronal de pymes de Cataluña considera que “no se deberían poner más trabas a los sectores que están contribuyendo a la recuperación económica, generando riqueza y empleo”, valoraron fuentes de la organización.
“No se puede aplaudir la recuperación económica por un lado y, por el otro, estigmatizar a los sectores que más aportan para que dicha recuperación se haga realidad”, añadieron desde Pimec.
Entre la urgencia climática y la turismofobia
Teresa Jordà, consejera de Acción Climática de la Generalitat de Catalunya, respondió a una carta de la alcaldesa de Barcelona, en la que pedía una mesa de las administraciones para limitar el número de cruceros, que en las próximas semanas el Govern aprobará un nuevo impuesto para estos barcos.
El motivo es su alta contaminación, pues Ada Colau había mostrado du “preocupación por las emisiones de gases de efecto invernadero y la calidad del aire de Barcelona y de toda su área metropolitana”. Jordà compartió dicha inquietud y aseguró que la recaudación del impuesto se dedicará a políticas de prevención y mejora de la calidad atmosférica.
“Esperamos poder presentar, en las próximas semanas, la propuesta del Govern de la Generalitat para regular las emisiones en las zonas portuarias de Cataluña y estaremos encantados de poder compartir con el Ayuntamiento de Barcelona los trabajos realizados y la formulación que proponemos por este impuesto”, añadía la carta de Jordà a Colau.
Ante decisiones como esta, o la oposición a la ampliación del Aeropuerto de El Prat, los empresarios creen que existe cierta animadversión hacia el turismo. “No se si llamarlo turismofobia, pero se han generado falsos mantras que sería bueno rebatir y debatir”, como que el turismo contamina, según Guillermo Vallet, que recuerda que “el sector aportaba, antes de la pandemia, el 12,4% del PIB catalán”.