Las otras elecciones de mayo (y su récord de abstención)
Las elecciones a la Cambra de Barcelona quedarán solapadas por las generales del 28 de abril y las municipales del 26 de mayo
Las elecciones a las cámaras de comercio suelen batir récords de abstención. Pese a tratarse de instituciones de dinamización económica, que mueven presupuestos millonarios, tan solo una ínfima parte de las empresas ejerce su derecho al voto. Un ejemplo: en las elecciones de la Cámara de Comercio de Madrid de marzo del año pasado tan solo se registraron 527 votos, que equivalen al 0,10% del más de medio millón de empresas con derecho a voto.
A diferencia de las elecciones a la cámara madrileña, que pasaron casi desapercibidas en las páginas de la prensa, los comicios de la Cambra de Barcelona del próximo mayo generan continuas polémicas mediáticas sobre su politización y sistema de voto. Sin embargo, estos factores no presuponen una alta participación sino todo lo contrario.
Las elecciones a las trece cámaras de comercio catalanas, incluida la de Barcelona, están convocadas entre el 2 y el 8 de mayo. Poco antes se celebrarán las elecciones generales del 28 de abril y solo dos días después empezará la campaña de las municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo.
Los empresarios catalanes tendrán la cabeza puesta en quién será el próximo presidente del Gobierno y quién estará en la alcaldía de Barcelona. Muy pocos pensarán en sus representantes a la cámara de comercio. La inmensa mayoría de los empresarios no sabe que tiene derecho al voto o no le preocupan los procesos de renovación de cámaras.
Elecciones empresariales, pero politizadas
Por primera vez, para la presidencia de la Cambra compiten tres empresarios: Carles Tusquets, Ramon Masià y Enric Crous. Los tres proclaman su transversalidad para evitar que les coloquen etiquetas políticas. Además, organizaciones abiertamente independentistas como el Cercle Català de Negocis o la Asamblea Nacional Catalana pugnan por conseguir puestos en el plenario aunque no han propuesto un candidato a la presidencia.
En Cataluña cualquier proceso electoral se politiza. Y la Cambra no será la excepción. Además, se trata de unas elecciones que ya están judicializadas por el sistema de voto.
Un elector recurrió el decreto de las elecciones a cámaras que promulgó la Generalitat porque únicamente prevé el voto electrónico. Reclamó que se contemplase el voto por correo como establece la legislación española de cámaras. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) declinó suspender el decreto como medida cautelar, pero aún no se ha pronunciado sobre el fondo. No se prevé que lo haga antes de las elecciones de mayo.
El BOE publicó este sábado una orden del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de Reyes Maroto por el que se regula el voto electrónico en las elecciones camerales. Los defensores de que solo se vote mediante sistemas electrónicos lo consideran un éxito porque esta orden no hace ninguna referencia al voto por correo. Sin embargo, no tenía porque hacerlo porque se circunscribe al voto electrónico.
Fuentes jurídicas destacan de la orden ministerial la disposición transitoria única que remite al primer artículo. En este se deja claro que la normativa aplicable es la ley 4/2014, básica de las cámaras oficiales de comercio, y el real decreto 669/2015, que desarrolla la anterior en lo concerniente al voto electrónico. Esta normativa española establece que el voto electrónico es opcional, pero que no puede sustituir al voto presencial y por correo.
Las elecciones ya están en el juzgado
Estas fuentes insisten en que el decreto de la Consejería de Àngels Chacón es recurrible y, de hecho, ya se está tramitando un recurso ante el TSJC. Paradójicamente, en las últimas elecciones a la Cambra, en 2010, el TSJC anuló cerca de 7.200 votos por correo (el 88% de los emitidos) por irregularidades en el procedimiento. Se decidieron por los 820 votos presenciales, el 0,20% del censo. Esta vez, una sentencia judicial podría anular los resultados por no haber previsto el voto por correo.
El Consejo General de Cámaras de Cataluña adjudicó la implantación de la plataforma de voto electrónico a la empresa Scytl. Ahora adaptará el sistema a lo dispuesto en la orden ministerial. Sin embargo, las posibles impugnaciones no serían por el voto electrónico, sino por la eliminación del voto por correo.