El verano salva a las cerveceras pero temen un nuevo bajón en otoño
El sector se prepara para posibles cambios en los hábitos de los consumidores tras salir favorecido de su periodo álgido por la reactivación del turismo
No cabe duda que el verano es la época álgida del turismo y, de su mano, de la hostelería, la restauración y las bebidas. Después de meses de terrazas llenas y de olas de calor que invitaban a pasar la tarde con un refrigerio, la industria cervecera ha salido airosa de sus meses fuertes, pese a la inflación y a la incertidumbre que rodea el contexto económico actual. En este sentido, las principales productoras de cerveza del país ya se preparan para un otoño gris.
Aún sin datos consolidados que permitan hacer una comparativa, desde la Asociación de Cerveceros de España, que agrupa a la mayoría de empresas del sector, ya han apreciado “una mejoría” durante los últimos tres meses. Sin embargo, aún no han conseguido las tan soñadas cifras prepandemia, después del fuerte golpe que supuso el cierre de la hostelería.
Desde las principales cerveceras del país, mantienen que estos meses han servido para aupar las ventas tras el covid. Fuentes de Mahou San Miguel describen este periodo como el verano “de la recuperación” gracias a la reactivación del turismo nacional e internacional. “Las ganas de recuperar las ocasiones de consumo fuera del hogar han vencido a la creciente incertidumbre instalada en el día a día”, añaden.
En la misma línea hablan desde Damm: la catalana asegura que el periodo estival ha cumplido con “todas las perspectivas” en ventas y les ha ayudado a “salvar la campaña” de 2022. En su caso, ya superó la facturación previa a la pandemia en 2021.
Sin embargo, las cerveceras tampoco se escapan de la incierta coyuntura económica causada por la inflación. La patronal de la industria teme como pude influir la subida de los precios en la capacidad de consumo de los españoles y, sobre todo, en las ventas fuera del hogar, que suponían el 68% del negocio antes de la pandemia. “Buena parte de la población puede verse abocada a reducir estos momentos de encuentro social, lo que tiene un impacto en cascada sobre la economía», apuntan.
A todo esto, Mahou San Miguel exponen la dificultad de “establecer previsiones de fin de ejercicio, aun cuando solo queda un trimestre por delante” por la escalada de precios. La compañía con sede en Madrid mantiene que van a “operar con prudencia” para hacer frente a esta posible caída del consumo: “No creemos que vaya a suponer un impacto como el que vivimos en 2020, aunque sí muy significativo”.
El peso de los sobrecostes
Por su lado, la empresa presidida por Demetrio Carceller se prepara para hacer frente a la subida de los costes de producción, tocados por la energía y los altos precios del aluminio y el vidrio, los principales materiales de sus recipientes. En este sentido, según el Índice de Precios Industriales del mes de julio, la producción de este metal se ha encarecido un 37%, mientras que la fabricación de vidrio hueco ha subido un 26%. Para paliar el golpe la cervecera barcelonesa tiene blindados los precios en algunos contratos con sus proveedores.
A datos de 2021 plasmados en el Informe Socioeconómico de Cerveceros, en España se comercializaron 36,32 millones de hectolitros de cerveza, un 12% más que en 2020, pero por debajo de la cifra registrada en 2019 (37,85 millones). Los diferentes cierres en la restauración decretados el año pasado provocaron que el canal de la alimentación aun fuera la principal fuente de ingresos del sector.
En producción, las cerveceras españolas produjeron un total de 38,11 millones de hectolitros, unos 3,42 millones más que el año anterior y poco menos de un millón de los alcanzados antes de la pandemia. Cabe destacar que, en el ranking mundial de las 40 cerveceras más importantes en volumen de producción, se sitúan tres compañías de capital mayoritariamente español: las ya mencionadas Mahou San Miguel y Damm en los puestos 18 y 21, respectivamente; y la gallega Hijos de Rivera en el 35.