El transporte incentiva los viajes con muchos destinos pero pocas frecuencias

Las aerolíneas intentan estimular la demanda, especialmente a destinos vacacionales, mientras la vuelta a Estados Unidos y muchos destinos latinoamericanos sigue a la espera

Pasajeros a su llegada al aeropuerto de Palma de Mallorca. EFE/CATI CLADERA./Archivo

Pasajeros a su llegada al aeropuerto de Palma de Mallorca. EFE/CATI CLADERA./Archivo

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Tras una temporada turística prácticamente inexistente en 2020, las aerolíneas tratan de estimular la demanda en un verano todavía plagado de incertidumbres. Con todavía buena parte de la población sin vacunar, los repuntes por la variante Delta y algunos destinos cerrados, las compañías aéreas se reconfiguran a base de añadir ciudades a su mapa de destino. Todavía están lejos, eso sí, de los datos previos a la pandemia.

La consultora OAG ya advertía en junio que el número de asientos que volarán hacia o desde España en la campaña veraniega –de julio a septiembre—era un 76,4% superior a la del año pasado. Frente a 2019, la cifra era un 24,5% inferior.

La recuperación del tráfico aéreo será desigual. Las rutas de corto radio se ponen en marcha de forma más rápida debido a la homogeneidad de criterios existentes en Europa. Por ejemplo: Vueling tiene sobre la mesa 317 rutas entre vuelos nacionales e internacionales. Dentro de España, la cifra es de 100 destinos, una veintena más de los que ofrecía incluso en 2019.

A pesar del récord, el volumen de frecuencias no será ni mucho menos el mismo que el verano prepandemia.

A menor velocidad se recupera Iberia, impactada por las restricciones en Estados Unidos y la mayor parte de países de Latinoamérica, en un pico de contagios ahora mismo. La compañía aérea ofrece 114 destinos y opera al 70% respecto a 2019.

La mayor parte de rutas está orientada a destinos vacacionales: Maldivas, las Azores, Grecia y las costas portuguesas y croatas son algunos de los lugares más deseados. Sin embargo, el volumen de vuelos no tiene nada que ver. El caso más paradigmático es el de Buenos Aires: de volar tres veces al día a tener solamente dos despegues programados por culpa de las nuevas restricciones.

Los cruceros van con retraso

El caso de los cruceros es diferente. A diferencia de las rutas aéreas, los viajes en barco se planifican con meses de antelación. Existe poca demanda de última ahora. Y aunque existía el consenso de que el mercado español se recuperaría, el Gobierno no permitió la entrada de buques internacionales hasta el pasado mes de junio.

Las navieras acaban de programar para el mes de julio las primeras llegadas a los puertos españoles. MSC no atracó en Barcelona hasta el 26 de junio, Costa Cruceros llegará el día 5 de julio y Royal Caribbean se demorará hasta el 15 de agosto. «Este verano no se parecerá en nada a uno normal», lamentan en el sector.

El tren se aferra al ‘low cost’

Mayor optimismo se respira en el sector ferroviario. De la mano de AVLO –el AVE de bajo coste– y su rival galo Ouigo, se espera que la demanda crezca en detrimento de alternativas como el autobús o servicios como Blablacar. La oferta de plazas se ha incrementado un 45% con la llegada de varios servicios.

Aunque todavía es pronto para extraer conclusiones en el caso del AVE low cost, Ouigo sí explicó a finales de junio que en su primer mes y medio de actividad había operado al 90% de su capacidad. Como explicó La Información, superó los 130.000 billetes vendidos en su primer mes.

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