El Santander salva a MásMóvil pese al calvario de las telecos en bolsa
Los analistas del banco presidido por Ana Botín apuestan por una subida de MásMóvil, en contraste a la mala racha bursátil de Telefónica, Vodafone y Orange
Las empresas de telecomunicaciones encaran 2019 con el objetivo de olvidar la mala racha bursátil con la que cerraron el ejercicio anterior. Y el mejor posicionado para disparar su valor vuelve a ser MásMóvil, quien cerró al alza este año (7,14%) frente a las caídas que tuvieron Telefónica, Orange y Vodafone en las distintas plazas europeas en las que cotizan.
Los analistas de Banco Santander bendicen la estrategia comercial del operador amarillo, cuarto competidor en el mercado, y fijan un precio objetivo de los títulos un 36% por encima de su valor actual (19,94 euros), hasta situar el precio de las acciones en 27,20 euros. El informe de los analistas que este medio ha podido consultar pone en valor los buenos datos anunciados recientemente.
El primero es que el grupo, a través de las operadoras MásMóvil, Yoigo, Pepephone, Llamaya y Lebara — comprada recientemente por 55 millones de euros — , ha alcanzado ya el millón de clientes de banda ancha fija. Este hito, conseguido «de forma acelerada en el tiempo», según la propia compañía, llegó tras cerrar 2016 con un crecimiento en 382.000 clientes y en otro medio millón en 2017.
El segundo es el de las portabilidades, el termómetro que el mercado establece para saber qué capacidad tiene una compañía para hacerse con los clientes de sus rivales. MásMóvil cerró el año con un saldo neto de más de 600.000 clientes móviles, frente a la sangría que sufrió en menor medida Telefónica (-28.000) y, sobre todo, Orange (-355.000) y Vodafone (-550.000).
La compañía dirigida por Meinrad Spenger ha vivido un ascenso meteórico en bolsa desde su debut. Saltó del MAB al Mercado Continuo en 2017, siendo la primera cotizada que lo lograba, y en los últimos meses de este año sonó incluso como sustituta de DIA para ocupar su puesto en el IBEX.
No obstante, pese al buen desempeño en años anteriores —llegó a acumular una revalorización de 200%—, en este ejercicio ha moderado su dirección alcista. Cerró 2018 con un crecimiento de sus acciones superior al 7%, aunque llegó a caer más de un 19% desde que alcanzó máximos anuales (129,6 euros, antes del split aprobado a finales de año).
Telefónica, castigada en exceso
El año de MásMóvil en bolsa contrasta con el de sus tres competidores. Telefóncia, líder del mercado, ha sufrido en el parqué durante 2018 ante los temores de los inversores, que han empujado a la baja la cotización en más de un 11% por la posibilidad de que el retorno de la compañía en los próximos años sea inferior por las necesidades de inversión en la red 5G.
Otro de los escollos es la incapacidad que el sector tiene ahora mismo para exprimir con más fuerza el negocio tradicional. Telefónica, con el ingreso medio por usuario (ARPU, por sus siglas en inglés) más elevado, mantuvo sus ingresos prácticamente planos durante el tercer trimestre del año; Orange, que salvó los resultados, lo consiguió por el negocio mayorista, y Vodafone mermó su facturación.
No obstante, desde el Santander, al igual que han informado en diferentes análisis —Barclays (diciembre) o Kepler (noviembre)—, piensan que el valor de las acciones de la compañía presidida por José María Álvarez Pallete está castigado en exceso. Frente a los 7,63 euros en los que cotizan los títulos de la compañía, el Santander mantiene un precio objetivo de 10,80 euros y la recomendación de comprar.
Vodafone, Orange y el calvario del sector
Las otras dos compañías que operan en España, Orange y Vodafone, segunda y tercera del mercado por volumen de negocio, respectivamente, tampoco han tenido un buen año en bolsa.
La compañía francesa perdió durante 2018 más del 4% de su valor en la Bolsa de París (CAC), si bien la británica Vodafone se llevó la peor parte: cayó por encima de lo que que lo hizo su índice, la Bolsa de Londres (FTSE), hasta dejarse más del 30% de su valor.
Las caídas de las cuatro operadoras que tienen actividad en el mercado nacional son similares a las de otras firmas de telecomunicaciones presentes en Europa. Sin ir más lejos, la alemana Deutsche Telekom, la mayor compañía de telecomunicaciones de la Unión Europea, cerró el año con una ligera caída cercana al 1%.
El último ejemplo del annus horribilis que vivió la industria es el de Telecom Italia, que cedió más del 30% de su cotización, hasta el punto de relevar a su consejero delegado a finales del pasado mes de noviembre, tras las presiones del polémico fondo Elliot Management.