El rey del vino francés da otra vuelta de tuerca a sus inversiones españolas
La sexta fortuna gala monta una socimi en España para exprimir los 500 millones que ha dedicado a nueve edificios adquiridos en Madrid y Barcelona
Detrás de Zambal Spain, la nueva socimi que el próximo martes 1 de diciembre empezará a cotizar en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), se encuentra el dinero a manos llenas.
Es el capital de la familia del nonagenario millonario francés Pierre Castel, que figura en la lista Forbes, con sus 9.800 millones de dólares (9.250 millones de euros), como la sexta fortuna de Francia y en el puesto 125 entre los más adinerados del mundo.
Una tendencia que le ha llevado, tras seis décadas de actividad, a convertirse en el primer productor de vino en Europa y el segundo de cervezas y bebidas espumosas en toda África, con presencia en 130 países.
A través de IBA Capital
Castel, de origen español –su padre emigró al país vecino hace más de un siglo–, puso hace dos años en manos del también galo Thierry Julienne 500 millones de euros para que, a través de la gestora que dirige, IBA Capital Partners, los invirtiera en comprar los mejores edificios de oficinas y comerciales en Madrid y Barcelona.
Así, desde que el 20 de junio de 2013, Zambal, la empresa controlada por Castel, desembarcara en España con la compra del primer activo, El Corte Inglés de la plaza de Cataluña, ha adquirido ocho inmuebles más. El último, el pasado octubre, la sede de Vodafone España en Madrid.
Cartera valorada en 679 millones
Una cartera, con un valor de mercado de 679 millones de euros, según la valoración realizada por Deloitte, en el informe previo a la salida a bolsa de Zambal, y que en los seis primeros meses del ejercicio contable (abril a septiembre de 2015), generó una cifra de negocio de 11 millones de euros y unos beneficios de 6,9 millones.
Como arrendador, Zambal se ha cuidado muy mucho de comprar edificios con un único inquilino, de solvencia acreditada y con contratos de larga duración que garantizan generar ingresos recurrentes sin mayores problemas.
Casero del Estado
Entre estos arrendatarios, el propio Estado –Zambal es el casero de las Torres Ágora, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, por las que cobra casi 700.000 euros de renta mensual–, El Corte Inglés, Unidad Editorial, Enagas, DIA, BMW Ibérica y Vodafone España. Y, además, ninguno de estos inquilinos representa más de un 24% del importe neto de su cifra de negocio.
Evidentemente, cuando el pasado jueves Thierry Julienne y Jesús Valderrama, los dos socios de la gestora IBA Capital Partners, hacían la presentación previa antes de que la socimi empezara a cotizar el próximo martes 1 de diciembre, el nombre de Castel no aparecía por ningún lado.
Control desde Singapur
Hay que zambullirse en la letra pequeña del documento informativo de incorporación de Zambal al MAB para ver cómo se vertebra el control, por parte de Castel, de la nueva socimi.
En ese documento se puede comprobar cómo Zambal, presidida por el gestor Thierry Julienne, tiene como accionista de referencia a Altaya, con el 95,21% del capital. Una sociedad domiciliada en Singapur e integrada en el holding Investment Business Beverage Fund (IBBF), también radicado en el país asiático y controlado por esta familia francesa.
Desde que Castel, a través de IBA Capital, constituyera la sociedad Zambal, en abril de 2013, con un capital de 3.000 euros, las ampliaciones han sido constantes a medida que se necesitaba liquidez para ir comprando inmuebles, hasta llegar a los actuales más de 450 millones de euros de capital. Además de Altaya, otra sociedad, Loire Investment –también ligada a Castel– ostenta el 4,4% y el resto de las acciones de Zambal, el 0,39%, está en autocartera.
Decimoquinta socimi cotizada
Zambal, que sale a cotizar con las acciones a 1,24 euros, capitalizando por 559 millones, es la undécima socimi que salta al MAB, y la decimoquinta que lo hace en España si sumamos las cuatro grandes que, desde hace casi año y medio, lo hacen en el mercado continuo (Merlin, Hispania, Axiare y Lar).
Las socimis quedan exentas de tributar sobre los beneficios obtenidos, siempre y cuando los accionistas que posean una participación igual o superior al 5% en su capital de las mismas tributen sobre los dividendos distribuidos a un tipo igual o superior al 10%. En caso contrario, quedan sometidas a un gravamen especial del 19%.
Además, están obligadas a repartir los beneficios del ejercicio mediante distribución de un dividendo que debe ser, como mínimo del 80% de las rentas obtenidas.