El ‘rey del parking’, a punto de arrebatar Empark a los fondos franceses
Eugenio Hinojosa ultima la compra del lÃder de aparcamientos por 440 millones asumiendo, además, la deuda de 500 millones de la empresa luso-española
La sorpresa es generalizada en Madrid. Nadie sabe de dónde va a sacar Eugenio Hinojosa, el conocido como ‘rey del parking’ venido a menos, los 340 millones de euros que ha ofrecido para, con el apoyo de otros 100 millones invertidos por un family office español, hacerse con Empark. La compañía líder del sector de los aparcamientos en España que tenía el marchamo de ser adquirida por los fondos franceses Ardian y Crédit Assurances, propietarios de la concesionaria gala Vinci Park.
Y más, cuando en los últimos años los negocios de Hinojosa no parecían marchar del todo bien. «Hace un mes el Real Madrid le lanzó del parking de La Esquina del Bernabéu por no hacer frente a sus compromisos, y no fue el primero del que le echaron», señala una fuente conocedora de los últimos movimientos del empresario por la capital.
Además, algunos de sus acreedores comerciales le han llevado a los tribunales por deudas cuantiosas, por lo que su incredulidad ante la compra de Empark todavía es mayor. «Le estuvimos investigando para intentar recuperar lo que nos debía y no encontramos por dónde cogerle», apunta alguno de estos denunciantes.
Nuevo intento de los franceses
Incredulidad y sorpresa, pero una realidad que se abre paso. Que los fondos franceses Ardian y Crédit Assurances –propietarios mayoritarios desde hace un año de Vinci Park, la filial de aparcamientos de la multinacional Vinci–, pueden, si finalmente Hinojosa remata con éxito la operación, quedarse otra vez sin estos golosos aparcamientos que llevan tiempo buscando.
En 2009, cuando Ferrovial vendió los aparcamientos de Cintra (la actual Empark), el grupo Vinci ya lo intentó, pero finalmente fueron las empresas y fondos portugueses, junto con la española Ahorro Corporación, los ganadores de la puja al poner 451 millones de euros.
Conglomerado español
La resolución final del tema pondría sobre la mesa quien, además de los 100 millones del family office, forma parte del conglomerado español que asumiría los restantes 340 millones de euros para comprar las acciones de Empark a los lusos Assip, Es Concessions International Holding y el banco Espirito Santo.
En anteriores adjudicaciones, como sucedió con los aparcamientos de la terminal T-4 del aeropuerto de Barajas o los parking vips de todo el aeródromo madrileño, Hinojosa, a través de su empresa Arbepa, se asoció con Cointer, la filial concesionaria del Grupo Azvi.
Golpe de mano
Con la compra de Empark, Hinojosa daría un golpe de mano, al pasar de ser un mediano interviniente en este sector a colocarse entre los primeros espadas. Figura al frente de Arbepa y de otra veintena de sociedades, en su mayoría relacionadas con el negocio de los aparcamientos, pero también con la promoción inmobiliaria –en España y en Alemania– y la explotación de palcos en estadios de fútbol.
Lidera el mercado privado de aparcamientos en Madrid, con cerca de 15.000 plazas repartidas en 35 aparcamientos. En el resto de España, sus empresas gestionan otras 8.000 plazas, la mitad en Palma de Mallorca y el resto en Barcelona, Valencia y la Costa del Sol.
Estrategia diferente
Un grupo forjado a base de no endeudarse en exceso, con una estrategia que suele contar con frecuencia. Mientras el resto de las grandes concesionarias solo se dedican a comprar, Hinojosa siempre ha apostado por adquirir solo uno por cada tres aparcamientos que alquila, de manera que, con los que arrienda, financia el pago del préstamo hipotecario del aparcamiento comprado.
Hinojosa iba para ingeniero industrial, la carrera que le pagó la empresa pública Construcciones Aeronáuticas (CASA), en la que había entrado como becario en 1964, pero su posterior paso como director de Marketing en la compañía estadounidense Texas Instruments le abrió los ojos de hacia dónde encaminaría sus pasos. «El tema de los aparcamientos va a ser, a corto y medio plazo, un buen negocio, y muy bueno a largo plazo», suele recordar Hinojosa las palabras que le transmitió un profesor de entonces.