El RACC, partidario de reducir a 16 el número de radares fijos en lugar de los 48 previstos por el Ayuntamiento de Barcelona
El Club de servicios a la movilidad considera que deben instalarse exclusivamente en entornos escolares y en los túneles urbanos
El RACC, ante la previsión del Ayuntamiento del Barcelona de poner en servicio 4 nuevos radares de tramo y de instalar 46 nuevos radares fijos de punto en la ciudad (34 radares en 32 emplazamientos del proyecto “Ciudad 30” y 12 radares en entornos escolares), la ha considerado como una medida excesiva teniendo en cuenta el notable descenso del número de víctimas y heridos graves en accidentes de tráfico que ha tenido la ciudad en la última década.
Los datos muestran que se ha pasado de 304 siniestros en 2011 a 155 en 2020. Respecto a los muertos del año 2020 por accidente de tráfico la cifra se situó en 14, siendo la primera vez en más de quince años que se registra una cifra que no supera la veintena. Una reducción que se ha producido sin la existencia de estos radares.
Consideraciones del RACC
En este sentido, añadir 48 radares más a los 6 que hay actualmente no puede justificarse como una medida de seguridad vial ya que ni el número de accidentes ni el de víctimas mortales se ha incrementado en los últimos años en Barcelona, teniendo en cuenta que hay una clara tendencia descendente al margen de la pandemia.
Ante esta postura por parte del Ayuntamiento de Barcelona, la empresa deservicios a la movilidad defiende la existencia de 12 radares en entornos escolares para mejorar la seguridad en las calles donde se ha establecido un límite de 30km/h y 4 radares de tramo en úneles urbanos: en la ronda del Mig, en el túnel de la Rovira, en el túnel de Glorias y en la ronda Litoral, entre Miramar y la Barceloneta.
La inclusión de nuevos radares tiene un objetivo más cívico que de seguridad vial para paliar el tráfico de la ciudad. En este sentido, la empresa presidida por Josep Mateu, es más partidaria de adoptar otra serie de medidas como campañas en lugar de sanciones ya que estas últimas son percibidas como una acción recaudatoria.
En 2020 se registraron 14 muertos por accidente de tráfico, la cifra más baja en más de 15 años
Desde el RACC entienden que desde el punto de vista del ciudadano es complicado entender el aumento de 6 a 54 radares sin una razón justificada. “Si se trata de ir mejorando los comportamientos cívicos sería lógico ser tan flexibles como hasta ahora se ha sido con el comportamiento de los usuarios de otros medios de transporte como bicicletas y patinetes (apenas ahora se les está empezando a sancionar)”, señalan desde la propia empresa.
Hay que tener en cuenta, además, que el Ayuntamiento ya dispone de radares móviles que pueden realizar la misma función cuando convenga y en los puntos donde sea realmente necesario, evitando el mensaje de criminalización de los conductores de vehículo privado que implica un despliegue tan masivo como el propuesto (multiplicando por 9 los radares fijos activos en la ciudad). Por este motivo, el RACC pide al Ayuntamiento que, de los 48 nuevos radares fijos que ha anunciado, reconsidere la decisión de instalar 32 de estos radares y que se limite al despliegue de los 16 radares que se situarán en entornos escolares y en los túneles urbanos.
El RACC sostiene que los radares son un instrumento de gran eficacia para reducir los accidentes de tráfico siempre que estén bien ubicados y con una señalización de velocidad correctamente situada y en puntos de concentración de accidentes.