El plan de Nissan en BCN: 600 bajas por 70 millones de inversión
El fabricante presenta un plan de prejubilaciones para amoldarse a la caída de la producción. A cambio, invertirá 70 millones en la nueva planta de pintura
Nissan presenta al fin algo parecido a un plan de futuro para su fábrica en Barcelona. Con la producción a menos del 40%, la instalación catalana no atisba ningún nuevo modelo en el horizonte, pero sí vislumbra alguna inversión: 70 millones que se destinarán a una nueva planta de pintura. A cambio, el fabricante exige 600 despidos en forma de prejubilaciones y bajas voluntarias.
Tras más de año y medio de silencio, la multinacional de origen japonés comunicó este martes a los sindicatos que pretende reducir la plantilla hasta las 2.500 personas «para ser más competitivos frente al entorno actual». Como ya sucedió en 2015 con el aterrizaje del Nissan Pulsar, la cúpula vuelve a pedir un recorte «de los gastos fijos» a cambio de asegurar el futuro de la instalación.
El ajuste se realizará a través de prejubilaciones (500) y bajas incentivadas (100). Son el cálculo del excedente de plantilla para hacer frente a una producción que caerá todavía más. Si en el ejercicio 2017/2018 salieron de la fábrica de Zona Franca hasta 88.861 vehículos –110.092 unidades en el 2016/2017–, las previsiones que maneja para el futuro rondan los 60.000 coches anuales.
Así, la planta se mantendrá con sólo dos modelos hasta, mínimo 2022, cuando Nissan podría abrir una nueva ronda de adjudicaciones. «Se trata de prepararse para que cuando se juegue un nuevo partido estemos en disposición de competirlo», explicó el vicepresidente de producción, José Vicente de los Mozos.
Hasta entonces, sólo la NV200 eléctrica y la pick up poblarán las líneas de producción.
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